01/08/2016

Articulo en Diario de Noticias sobre el 50 aniversario (Ana Cenzano)

La peña Ultreya Berri cumple este año sus bodas de oro. Hace ya medio siglo, en 1966, que unos jóvenes decidieron constituir una sociedad deportiva, recreativa y cultural que impulsase actividades en Viana para todos los públicos. El éxito fue que consiguieron aglutinar a gente de todas las edades e ideologías, era una organización a la que pertenecía casi todo el pueblo y que nacía para dinamizar la vida de la localidad, en unos momentos en los que se hacía muy poca cosa por parte de las instituciones públicas.
Llegaron a tener 800 socios. Ayer, celebraron los cincuenta años de andadura, recordando los orígenes, los éxitos, las dificultades atravesadas, con un reconocimiento especial para los socios fundadores: Vicente Duque, José Ramón Lanciego y Santiago Suso. Ellos recordaban los orígenes de la peña, que unió a otras dos de la localidad, ‘Los chinchines’ y ’El coso’. Se enorgullecían también del edificio que construyeron en 1975, “fue un gran esfuerzo conseguir los primeros cinco millones de pesetas de aquellos tiempos, a los que siguieron más. Pero construimos un gran edificio muy completo, como no había en Viana”, manifestaban.
Reconocían que la puesta en marcha supuso un referente en Viana y poder ofrecer a la localidad actividades que iban desde la proyección de cine a jornadas culturales, campamentos, juegos populares, conciertos, discoteca, etc. No obstante, se lamentaban también de los muchos impedimentos que encontraron por el camino. “Hubo quien vio en nosotros una amenaza, quien nos llamaba vascos, y nos asociaba con determinadas ideologías… cuando lo bueno era que estábamos gente de lo más plural. Incluso fue el cura de entonces, don Eugenio, el que propuso el nombre de Ultreya Berri y nos apoyó en los orígenes”, añadían. Hablaban de las dificultades que tuvieron para que les aprobasen los estatutos.
A pesar de todo, y de que el Ayuntamiento ya ha ido asumiendo la organización de este tipo de eventos, el papel que jugó la peña Ultreya en su día, está reconocido por diferentes generaciones de vianeses que, en un momento u otro, han participado en alguna actividad de esta sociedad. La Ikastola Erentzun, durante la Feria de Artesanía de este año, ya le concedió el galardón “Corrales de Erentzun”, en reconocimiento a su labor.
Ayer, los socios más pequeños, varios niños, colocaron un pin y un pañuelo conmemorativo a los socios fundadores y, a su vez, estos hicieron lo mismo con los críos, queriendo simbolizar el relevo generacional.
En el acto de aniversario hubo también una mención a Asier Ballesteros, el joven fallecido las fiestas pasadas; a Luis Soba, quien sufrió un aparatoso accidente también en esas fechas y a Kubala, un socio fallecido recientemente, a quienes se dedicó un aurresku.
La parte musical corrió a cargo de ‘Gabilleras’, la charanga Ultreya Berri y los txistularis de Andosilla.
La jornada contó con su parte gastronómica, un almuerzo, que congregó a 65 personas y una comida de socios y amigos. Como anécdota, la botella de coñac que llevaba guardada 50 años, esperando este aniversario para abrirse. En la etiqueta podía leerse escrito a mano en 1966: “Esta botella sólo podrá ser abierta en día de la peña del año 2016. En caso contrario, el profanador recibirá la maldición del secretario”. Y así fue, ayer se descorchó y se sirvió en chupitos entre los participantes del acto, para celebrar el medio siglo de andadura.