18/05/2012

Sima de los Cristinos en Larraona

Situado a los pies de la parte sur de la sierra donde se unen Urbasa y Entzia, en la localidad amescoarra de Larraona –607m-, muga con Araba, se comienza la marcha ascendiendo por la calle cementada hasta alcanzar el punto más alto, cerca de un abrevadero o aska con fuente, donde obliga a girar por una curva cerrada que cambia de la pista cementada a otra con grava.




Minutos más tarde, se pasará por un paso canadiense, un tipo de enrejado situado en el suelo a modo de obstáculo diseñado para evitar que los animales circulen libremente, y en un lateral, se dejará el depósito de aguas. A medida que se asciende, aparecerá un bosque de robles, hayas, espino y avellanos. Es interesante observar las rocas que aparecen diseminadas por el suelo, resultado del desprendimiento ocasionado por la acción erosiva.



Pasados veinte minutos del comienzo, aparecerá un nuevo aska y los inicios del hayedo. A continuación, un cercado y una puerta de hierro anuncian el final de la subida y el comienzo de ir bordeando la sierra, límite de Larraona y los terrenos comunales de las Amescoas, Urbasa y la sierra de Andia, las cuales forman un Parque Natural protegido por la ley de la Diputación de Navarra. En este momento, se seguirá por una pista con numerosas curvas que parten en dirección norte.



A los 25 minutos, a la derecha, aparecerá en una llanura la ermita de San Benito Abad, coronando la sierra de “Limitaciones”. Su construcción, de planta rectangular y cabecero recto, está fechada a comienzos del siglo XVII. A finales del siglo XX, tras una reforma, se colocó en el exterior y en la zona oeste una espadaña sin campana. Frente a la ermita, se halla un altar de piedra donde en julio se celebra, en el final de fiestas de Larraona, una romería en honor del santo. Se saldrá por un camino descendente que sale de la parte de atrás de la ermita, en dirección este, hasta llegar una baliza indicativa que señala el espacio llamado Zotola, una zona herbosa donde surgen diversas sendas.



Estando en esta zona y, apartándose un poco del camino, aparece el término conocido como el “Laberinto de San Benito”, un área kárstico, donde se han formado unos pasillos alargados que antaño se utilizaron como área recreativa por los lugareños. Retomado el camino, la marcha virará un poco a la derecha, dirección nordeste, hasta salir del hayedo y aparecer en zona herbosa donde se puede ver, por la izquierda, una pista por la que se circulará hasta encontrar una bifurcación, tomando el que asciende por la parte izquierda. Se transitará por un suelo arenoso y, transcurrido una hora y cuarto, se descubre el Raso de Ustalaza y los terrenos de Larramendikoarro. En este momento, se distingue un haya aparentemente caída, por la cual habrá que pasar agachándose, donde en su parte inferior, se halla una depresión o dolina, que supone la entrada principal a la cueva de los cristinos.



Las sierras de Entzia, Urbasa y Andia, al tratarse de un terreno kárstico están llenas de cavidades subterráneas. Una de ellas es la sima o cueva de los Cristinos, que recibe este nombre tras los sucesos de la primera guerra carlista, cuando las tropas cristinas, bando liberal comandadas por el general Valdés, lucharon en una de las numerosas batallas contra los soldados carlistas al mando de Zumalacárregui. Al parecer, en una emboscada en el año 1835, denominada Artaza, los carlistas atacaron a los monárquicos cristinos, siendo estos últimos apresados, fusilados y arrojados a la cueva. También se cuenta que, en la misma cueva, los carlistas se refugiaban y guardaran el material bélico. Ya en época moderna, los primeros exploradores del lugar fueron los frailes capuchinos. Estos, en época estival pasaban largas temporadas en la sierra de Entzia, por lo que eran grandes conocedores del lugar. Derivado de este conocimiento entraron en numerosas ocasiones a la sima. En uno de esas exploraciones, hallaron un esqueleto humano en su interior, entendiendo que procedería de la leyenda que se contaba en los alrededores referente a la batalla narrada anteriormente, y pasando a nombrarla como la cueva de los Cristinos.



Por ello, es muy probable, según los expertos en toponimia que, su verdadero nombre habrá sido Ustalaza, nombre del término en el que se haya ubicada. Pero, lejos de la leyenda, la verdadera belleza se encuentra en su interior con la formación de numerosas estalactitas y estalagmitas que decoran las salas y que reciben distintas denominaciones que la gente la gente ha ido acuñando a la sala, como los confesionarios de las brujas, la virgen con el queso o el pozo de la sal. Por último, el Grupo Espeleológico Príncipe de Viana ha llegado a documentar más de doscientas cavernas, con mayor o menor dificultad dentro de esta cavidad subterránea. El acceso a la misma no está controlada ni protegida, siendo su acceso libre, aunque siempre es recomendable realizarlo con una persona experta y conocedora del lugar.



Para descender por el interior de la sima, se utilizarán con precaución los diferentes escalones realizados en piedra sobre el terreno para facilitar el acceso. Inmediatamente, se pasará por un pequeño arco de hierro y, unos metros después, a la izquierda, aparece un “balcón” con una barra de hierro, cuidado en este punto; continuar descendiendo hasta descubrir la gran sala donde se haya un lago cristalino y las distintas estalactitas, estalagmitas, columnas,... Es posible realizar la vuelta completa al lago si el nivel del agua no está muy alto.



En Larraona podemos disfrutar del parque “Urbasa Abentura” donde utilizar sus instalaciones, con servicio de Bar. Allí se pueden realizar diferentes circuitos habilitados para escalar o realizar pasos aéreos, tirolinas, vías ferratas… Igualmente en la zona se encuentra una bonita escuela de escalada, y es uno de los mejores lugares de Tierra Estella para realizar Boulder.

02/05/2012

Esqui de montaña en primavera 2012

Trasncribo esta pequeña reflexión de Jorge Garcia Dinx que hace en su blog, con la cual coincido plenamente:

Se abre una nueva temporada de esquí de travesía para mayo, siendo que, por fin, los espesores de nieve son, a día de hoy, acordes con los habituales para un debut de mayo. Es en este mes cuando habitualmente recurrimos a los porteos generoso, al ataque de los tresmiles y a los madrugones, saliendo al alba y terminando pronto tras el mediodía.

A día de hoy, ya no es éste un año distinto a otros. Por unos días, volvemos a estar en un año "normal" en cuanto a nieve para estas fechas.

Un año raro y con muy desigual repartición. Mucho sol y muchos días para hacer montaña durante los meses de enero a marzo y luego muchas precipitaciones de nieve (y, por ende, no propicios para montaña) durante todo abril.

Normalmente, los años que menos nieva son los que más esquí de montaña hacemos. Pues si no nieva, casi todos los días hace bueno. El tiempo es estable, anticiclónico, apenas hay riesgo de aludes y siempre nieve en algún macizo o altura. Se encuentra si uno sabe buscarla.

Pero los hombres, por naturaleza, siempre queremos lo que no tenemos. Si hace sol muchos días seguidos la gente quiere que nieve. Luego, cuando está nevando y venteando (como en la ola de frío siberiana o durante todo este mes de abril) la gente entonces me pregunta cuándo hará bueno para poder salir al monte, que llevan semanas sin poder salir.

Personalmente, este invierno he salido un récord de veces con esquís, el año que más. Pues hacía buen tiempo más del 90% de los días. Sin embargo corría la creencia de que "no había nieve" y muy poca gente se animaba a salir al monte. Para muchos es el año que, con diferencia, menos salidas se ha hecho. Justo los meses que nosotros más hemos salido. Y al contrario, en este mes de abril, que tanto ha nevado, es el mes que menos he salido con esquís en mis últimos 10 años, sólo 2 salidas, el 1 y el 8 de abril.

La frase suena contradictoria, pero merece la pena repetirla (me la enseñó Julio Benedé):" Los años que menos nieva son los que más esquí de travesía hacemos". Cuánta razón tiene.


Cómo está la nieve?: El frío de estos últimos dos días mantiene la nieve polvo por encima de los 2.000m. Conforme las laderas sur vean el sol mañana martes, irá transformándose y humidificándose. Se mantendrá polvo en las nortes por encima de 2.000m. Por debajo de 1.800m, donde no había base previa, la nieve en las caras sur desaparecerá mañana martes al ver el sol desde la mañana. El miércoles la transformación irá ganando altura, al subir más las temperaturas y la nieve polvo ya sólo permanecerá en caras norte por encima de los 2.500m

13/03/2012

La cascada de Xorroxin


Cerca del barrio de Gorostapalo (Erratzu), se encuentra la cascada de Xorroxin. Según cuenta la leyenda, en este recóndito lugar del valle de Baztan se aparecían las lamias, misteriosas mujeres con cola de pez que alisaban sus cabellos con peines de oro.


AGUA DE PRIMAVERA


Para llegar hasta la cascada lo mejor es dejar el coche en Erratzu y pasear hasta el barrio de Gorostapalo (1,5 km). Así evitaremos la saturación de coches en el pequeño núcleo. A la entrada de este barrio se encuentra la ermita de la Virgen de los Dolores (Doloretako Amabirjina), de donde parte un camino empedrado que baja hacia la regata de Iñarbegi. A partir del primer puente de piedra nos adentramos poco a poco en el bosque, por un camino que asciende paralelo a la regata. Pronto llegaremos a la encrucijada Iñarbegi-Xorroxin, perfectamente señalizada, y aquí seguiremos el camino de la derecha, hasta llegar a un segundo puente de cemento, que hay que atravesar . Continuamos ahora con el arroyo a la izquierda hasta llegar a una nueva bifurcación, donde tomamos la senda de la izquierda. Un poco más adelante, nos encontramos de frente con el cauce del río. Aquí hay que descalzarse o saltar de piedra en piedra para pasar al otro lado (orilla derecha del río) hasta llegar a la rumorosa cascada. Aunque se trata de una excursión fácil, que puede hacerse en familia, conviene estar atento al terreno resbaladizo. Son dos horas, ida y vuelta, desde Erratzu (la mitad desde Gorostapalo). Es mejor hacer esta excursión en primavera o en otoño, que es cuando baja más agua, y la vegetación está más bonita.


La catarata de Xorroxin es una espectacular caída de agua situada al pie del monte Autza (1.306 metros). Cerca de este paraje rumoroso nace el río Baztan, el cual recorre el valle del mismo nombre durante diecinueve kilómetros, para convertirse luego en el río Bidasoa cerca del señorío de Bértiz. Este tramo inicial del río del Norte está rodeado de antiguas leyendas, ligadas principalmente a la naturaleza salvaje de los montes y bosques de Baztan. Algunas tienen que ver con la diosa Mari -que habitaba en una cueva del monte Autza, junto con su compañero Herensuge (o Sugaar), la serpiente macho-, y también con las fantásticas lamias, que aparecían en las orillas de los arroyos alisando sus cabellos con peines dorados. Hace medio siglo, algunos ancianos del barrio de Gorostapalo solían contar que junto a la cascada de Xorroxin se veían a veces unas mujeres con pies de cabra o cola de pez, que aparecían y desaparecían misteriosamente. Hoy, en la zona, nadie cree ya en lamias ni en sorgiñas (brujas). Sin embargo, las viejas leyendas han dejado huella en la toponimia de la zona. Concretamente, la poza o el pequeño embalse natural donde cae el agua de la cascada de Xorroxin, se denomina Lamiputzu (pozo de las lamias). Salto de agua
Según Mikel Belasko, el nombre de Xorroxin viene del vasco zorrot, zorrota (chorro) y osín (poza). La formación de este salto de agua tiene que ver con el tipo de suelo, compuesto principalmente de dolomías (calizas transformadas) y de cuarcitas rojizas. Se trata de materiales muy antiguos y muy resistentes a la erosión. Ello explica lo escalonado del terreno y la caída del agua desde varios metros de altura.
La cascada se encuentra en medio un arroyo conocido hoy como regata de Iñarbegi (también regata Istauz). Este humilde riachuelo recoge las aguas que bajan de los montes Masa y Autza dando lugar a este curso de agua, que discurre por el fondo del valle entre los barrios de Gorostapalo e Iñarbegi, para acabar juntándose en Erratzu con la regata de Izpegui.
Según dice el pintor de Erratzu José Mari Apezetxea, de 80 años, hace medio siglo la cascada de Xorroxin pasaba desapercibida para la mayoría de la gente, ya que se trata de un lugar recóndito, húmedo y poco productivo, al que hay que ir expresamente. «Hay unos caseríos en las laderas del monte, por encima del bosque que rodea la regata. Pero nada más».
Hoy sin embargo, con el auge del turismo rural, la pequeña catarata se ha convertido en un espléndido lugar para ir de excursión. Desde hace 25 años, la maravillosa cascada de Xorroxin da nombre además a una radio "pirata", convertida hoy en un importante medio de comunicación de la zona del Bidasoa.
Espectáculo emocionante
Rodeada de un espeso bosque de hayas, roble, avellanos y castaños la cascada ofrece un espectáculo emocionante sobre todo en primavera y otoño (conviene evitar el verano y el invierno si no queremos sufrir una decepción, por la falta de agua o de vegetación). A la música natural que provoca el salto de agua se suman el juego de luces que proyectan los rayos de sol filtrándose por la vegetación y la sensación refrescante que ofrece la efluxión de la cascada. A veces, dependiendo de la posición del sol, se forman pequeños arco iris a la entrada de la poza, y aparecen reflejos rojizos en el fondo oscuro del embalse. Entonces, con el agua pulverizada suavemente en la cara y la música violenta de la cascada, uno entiende más fácilmente las historias fantásticas que se cuentan en los libros y el entusiasmo romántico de algunos escritores que se ponen melifluos al describir este inesperado capricho de la naturaleza. 
Hemos estado disfrutando del paisaje de este maravilloso lugar el pasado sábado.

«Al llegar a Gorostapalo, en Erratzu, (el río Baztan) se hace saltarín, como un espatadantzari, en la cascada de Xorroxin, y poco después de sus cabriolas de mutil vascongado al son del chistu de la música de su propia agua(…) se entrega a juegos y fantasías, cambiando de una manera brusca su dirección», escribe Luis Antonio de la Vega, en su libro Viaje de los ríos de España.
Como una selva
A la belleza romántica de esta «cascada de primavera», hay que unir el hecho de encontrarse en el interior de un bosque de aspecto selvático, donde predominan los robles, castaños y avellanos. La regata favorece también la proliferación de alisos, fresnos, sauces y otras especies propias de los entornos fluviales. Ello configura un bosque mixto, de galería, que tiene el interés añadido de estar muy poco humanizado, debido a lo apartado y abrupto del terreno.
Otra aspecto singular de Xorroxin es su ubicación debajo de una montaña fronteriza de reminiscencias mágicas: el monte Autza (1.306 metros). Según cuenta la leyenda, cuando Mari, la reina de la montaña, se junta con su compañero, Sugaar, se generan fuertes tempestades de consecuencias imprevisibles. Esto es quizás lo que pasó en la riada de 1913. «Yo no la conocí, pero he oído decir a mi suegro que aquel año se reventó una nube en Autza, y como las orillas de la regata estaban sucias, llenas de ramas y troncos, se concentró el agua de tal manera, que la riada arrasó varios pueblos del valle», dice Jesús María Urrutia, vecino de Gorostapalo, de 74 años. «En cambio los vecinos del barrio de Iñarbegi, que estaban por encima de Xorroxin, ni se enteraron».
En una calle de Elizondo, puede verse todavía a la altura de un balcón de la calle principal una marca y una leyenda, con el nivel que alcanzaron las aguas aquel día dos de junio en que Mari se enfadó y las lamias se confabularon provocando la destrucción de varios edificios de Erratzu y Elizondo. En el primero de los pueblos se hundieron doce casas, y parte de la iglesia quedó arruinada. Y en Elizondo murieron dos mujeres arrastradas por las aguas. La riada penetró también en la iglesia de Elizondo y alcanzó tres metros de altura. Según dicen en Bertizarana, los santos de la iglesia de Erratzu se vieron pasar por debajo del puente de Reparacea arrastrados violentamente por las aguas del río.

22/01/2012

Y las nubes se apartaron para que asomara el sol...


Hoy es 22 de Enero de 2012. Ya ha pasado un año y parece que nos vamos acostumbrando a que nos falte un amigo... pero la realidad es muy tozuda y nos obliga a poner los pies en el suelo; y en este caso en la cumbre de Ioar, para recordarnos que Felipe era más que un amigo. Sobre todo era una buena persona, querida por todos. Los que más le conocieron hoy lo recordaban contando las aventuras que pasaron juntos, tanto en la montaña como en la vida diaria. Otros que no tuvimos la suerte de compartir mucho tiempo con él vemos que era una persona muy querida, que todos le apreciabamos, que nos gustaba estar con él.



 
 
Esta mañana nos hemos juntado 25 mendizales para subir a Ioar y recordarle. El día no era de los mejores; ya al salir del Santuario de Codés la niebla comenzaba a escupir un poco y nos avisaba de que las vistas desde la cumbre no iban a ser posibles. Seguimos subiendo y a la altura de la Aguja del Cencerro la niebla se cerraba y nos hacía sacar los chubasqueros de la mochila. Charlas sobre recuerdos de escaladas, esquiadas y paseos por esta sierra que todos hemos pateado muchas veces. Llegamos al hayedo y el viento del norte nos refresca la cara. Las pausas para retomar el aliento se hacen más breves, el grupo se estira... dispersando puntos de colores por el bosque. Y llegamos a Ioar.

Allí la niebla da a la cumbre un sobrio aspecto alpino, ni siquiera nos deja ver la antena. Viento, frio, humedad; tras una breve espera para reagruparnos nos acercamos al buzón-árbol de la cumbre. Nos quedamos todos en silencio... recuerdos.

Por un breve instante, la niebla se abre y la esfera del sol se deja ver, iluminando nuestros rostros y modificando el color de la escena. Hasta nos cambia el semblante. Tengo la sensación de que alguien se asoma entre la niebla para saludarnos. Nuestro amigo ha hecho que montañeros de distintos ámbitos y localidades nos juntemos allí para recordarle, y conocernos.

Unas fotos de grupo junto al buzón y bajamos disgregados hasta el Santuario. Seguidamente una misa recordó a Felipe. Nosotros le recordaremos siempre.




10/01/2012

UNA DE AMPOLLAS PARA PREVENIR.

La prevención es, sin duda alguna, el mejor remedio contra la aparición de ampollas. Sin embargo, a veces no podemos evitar que bajo ciertas condiciones estas protuberancias en la piel llenas de líquido aparezcan en determinados momentos. ¿Cómo debemos actuar ante ellas?
Cuando se pone sobre la mesa el tema de las ampollas el debate está abierto y asegurado. Será difícil encontrar dos opiniones iguales entre corredores: cada cual cuenta su remedio y lo que puede funcionar para unos resultará ineficaz para otros. Sin embargo, hay unos parámetros establecidos que pueden ayudar a prevenirlas y tratarlas. Las ampollas, aunque pueden parecer una lesión leve y no causar problemas médicos significativos, pueden ser muy molestas hasta el punto de limitar el entrenamiento, bajar el nivel de rendimiento deportivo e incluso dejar fuera de competición a más de un participante. Hay diferentes estudios a nivel de lesiones deportivas donde queda demostrado que los deportistas, y sobre todo los corredores, han padecido alguna vez ampollas a lo largo de su trayectoria.
El inicio
Pero empecemos por el principio: una ampolla es una protuberancia en la piel que contiene líquido. Por lo general, tiene forma circular. El líquido que se forma debajo de la piel puede ser transparente o sanguinolento y en ocasiones pueden aparecer debajo de las uñas, con o sin sangre. Además, los síntomas de una ampolla pueden parecerse a los de otras condiciones de la piel o problemas médicos.
Si hablamos en términos generales las ampollas pueden ser producidas por reacciones alérgicas, infecciones y lesiones como que maduras o escaldaduras, quemaduras por exposición al sol, dermatitis de contacto, impétigo (una infección contagiosa de la piel) o infecciones virales (incluidas la varicela y el herpes zóster), entre otras. Ahora bien, centrando el tema de las ampollas en el caso de deportistas en general y corredores en particular, la formación o aparición de ampollas se produce por presión excesiva en una zona concreta y, normalmente, sin previo aviso. Son las ampollas por fricción.
Qué causa una ampolla
La ampolla por fricción aparece con relativa frecuencia cuando el pie tiene que habituarse a ciertos cambios como la iniciación en una nueva actividad deportiva, un aumento en la actividad habitual, el cambio de calzado al que está acostumbrado el pie o por la confluencia de varios de estos y otros factores. Es importante tener en cuenta que si aparece una ampolla en una zona del pie, puede aparecer de nuevo en la misma zona. Analicemos ahora las causas más frecuentes de la aparición o formación de ampollas así como su prevención.
Calcetines inadecuados: bien por que se puedan mover dentro de la zapatilla, por demasiado gruesos o, al contrario, por demasiado finos. En todos los casos pueden producir arrugas que friccionaran la piel al correr o caminar. Es recomendable usar calcetines con tejido Cool-Max para mejorar la transpiración y favorecer un fácil ajustado. Incluso podemos encontrarlos específicamente para pie derecho y pie izquierdo, para una completa adaptación.
El calzado es otro factor desencadenante de mucha importancia. Si el calzado es demasiado grande o demasiado pequeño, o no se ajusta a la morfología del pie será, sin duda, causante de problemas. Por ejemplo, no utilizaremos bota de baja o media montaña para realizar una marcha de resistencia debido a que el pie no transpirará lo suficiente y la humedad es uno de los mejores aliados de las ampollas.
Lo más recomendable para es coger el calzado más adecuado es tener en cuenta qué tipo de actividad vamos a realizar. Es muy importante vigilar el acabado del calzado. Las costuras tanto interiores como exteriores así como adornos o etiquetas pueden producir rozaduras y, como consecuencia, la aparición de las temidas ampollas.
Prevención
Una vez escogido el calzado más adecuado para la actividad, jamás lo estrenaremos el día de la marcha para evitar sorpresas y habituar nuestros pies al nuevo calzado. Si no es así el regalo de estrenar calzado nuevo será una ampolla.
La sequedad de la piel es otro factor básico que debemos tener controlado para evitar la aparición de ampollas. Si la piel no es suficientemente elástica no se adaptará ni a las irregularidades del terreno ni a las presiones a las que está sometido el pie. Para conseguir una piel elástica necesitaremos una buena hidratación con cremas que estén compuestas con un mínimo de un 10% de urea para exfoliar las zonas de más sequedad.
Las cremas deben aplicarse habitualmente, pero sobre todo los días previos a la marcha. El día de la caminata el pie se debe lubricar con vaselina o cremas específicas anti ampollas sin excederse. Las uñas también pueden producir ampollas. Deben estar bien cortadas. No deben ser ni muy largas ni excesivamente cortas ya que la uña nos protegerá la parte final de los dedos en el momento de la marcha. Las ampollas en las uñas normalmente aparecerán por debajo de ellas con hematoma o sin él. Por ello, las uñas las cortaremos en forma recta, evitando excesivamente el redondeo.
Cómo actuar en caso de ampolla
La actuación variará en función de si aparece antes de una marcha o si se produce durante o después de ella. Pero en todos los casos es importante recordar que jamás cortaremos la piel de la ampolla, ya que nos protegerá de posibles infecciones.
Si aparece los días previos a la caminata la actuación será aplicar povidona yodada (Topionic® o Betadine® son las marcas más conocidas) en la zona de la ampolla mínimo dos a tres veces al día. La ampolla debe el máximo tiempo posible. Incluso puede secarse la povidona yodada con un secador de pelo.
Si aparece el día de la marcha intentaremos aplicar apósitos hidrocoloides (Épitac® o Compeed® como marcas más conocidas), si la humedad lo permite, en la zona de la ampolla calentando el apósito lo máximo posible con las manos. Antes de aplicarlo podemos rociar la zona con Nobecutan® o laca de pelo para que el apósito se adhiera mejor y no se despegue. Después de aplicarlo podemos taparlo con esparadrapo para una mayor sujeción. Hay que dejarlo hasta que se despegue solo. Si la marcha dura más de un día podemos pincharla ampolla para extraer el líquido y aplicar en su interior y por la zona povidona yodada siguiendo anteriormente. Para seguir la marcha colocaremos un apósito hidrocoloide repitiendo el proceso anteriormente comentado. Si al acabar el día el apósito se despega, debemos empezar de nuevo. Si la ampolla aparece de nuevo o persiste después de la caminata, seguiremos aplicando povidona yodada y acudiremos al especialista. Si con todo las ampollas persisten siempre en la misma zona, es imprescindible descubrir qué causa la presión y, por lo tanto, su aparición. Un podólogo deportivo nos ayudará a descubrir mediante un exhaustivo estudio biomecánico por qué siempre aparece aquella ampolla inoportuna en la misma zona del pie.

Casos especiales

Ampollas en las uñas
La actuación será la siguiente: se vaciará el interior de la ampolla agujereando la uña para la descompresión de la zona. Esta actuación sólo debe realizarse durante las 72 horas posteriores a la aparición de la ampolla. En caso contrario, acudiremos lo antes posible al especialista.

Ampollas sanguinolentas
Cuidado, peligro de infección! Llegados a este punto se acaba la marcha y acudiremos directamente al especialista para que haga una valoración. No se debe pinchar ni tocar la ampolla hasta que la vea el especialista.

18/12/2011

Olentzero

    Olentzero, tiene relación directa con el fuego.  
Del fuego y de su utilización han venido varias interpretaciones y tradiciones, por ejemplo: se le representa como a un carbonero que baja por la chimenea y que fuma en pipa. En los tres casos el fuego es el elemento clave. El fuego es quien renueva lo viejo, limpia lo malo. Es fuego la expresión de la fuerza renovada. 
 
    En los pueblos de Euskal Herria se representa como personaje el solsticio de invierno, y este personaje llega el día 24 de diciembre: es Olentzero.
   Nuestro Olentzero es en algunos pueblos pastor, campesino en otros, carbonero según otros muchos. Algunos dicen que es el último gentil, o que viene a anunciar el nacimiento de un mesias; también se ha dicho que tiene un ojo más que los dias del año, el hombre de los 366 ojos.

En los bosques de nuestro país, hay muchos tipos diferentes de criaturas que la gente no puede ver. Todas ellas son parte de la naturaleza, y la gente ha escrito muchas historias y fábulas acerca de ellas. Cuando caminamos a través de nuestras montañas y nuestros valles, desde un rincón maravilloso de la imaginación ellas nos mantienen acompañados y nos cuidan.
 Esta es la historia de uno de aquellos seres, la historia del Olentzero, un hombre humilde que con su amor entra al corazón de todas las criaturas, reales e imaginarias.
Hubo una vez, hace muchos muchos años, en los profundos bosques del País Vasco, un hada muy hermosa viviendo allí. Su cabellera era amarilla como el sol y sus ojos eran muy brillantes. Como todas las hadas, ella cuidaba de la gente y siempre estaba acompañada por algunas criaturas pequeñas y divertidas, como los duendes, llamados Prakagorri, o "pantalones rojos", que la ayudaban en su trabajo.
Un día, cuando ella iba viajando a través de las montañas, se detuvo para peinar sus cabellos junto a una fuente. De repente, los Prakagorris le anunciaron que algo se estaba moviendo entre los helechos. El hada continuó peinando y peinando sus rizados cabellos y no se dió cuenta de nada hasta que los Prakagorris gritaron llamando su atención. "Es un bebé humano" dijo el más viejo de los duendes. "¿Por qué lo dejaron aquí?" dijeron todos los Prakagorris a coro. "Yo no sé" dijo el hada, "es difícil de comprender como los humanos pueden ser tan desalmados algunas veces."
"Desde ahora," le dijo el hada al bebé, "tu nombre será Olentzero, porque es una cosa maravillosa haberte encontrado. Y por este acto te daré los regalos de Fuerza, Coraje y Amor, por todo el tiempo que tú vivas." Entonces el hada tomó al bebé y lo llevó a una vieja casa en el límite del bosque donde vivían un hombre y su mujer que no tenían niños.
Cantandole al Olentzero."Ellos estarán muy, muy felices de recibir este chico y lo cuidarán muy bien, lo sé" dijo el hada, y ella dejó al niño allí en frente de la puerta. Muy temprano en la mañana, cuando el sol comenzaba a levantarse, el hombre salió de la casa para ordeñar a las vacas. Se sorprendió mucho al ver al bebé, y llamó a su esposa: "¡Mi amor, ven aquí rápidamente! ¡Ven a ver lo que he encontrado!" Tal como el hada lo había predicho, el hombre y la mujer fueron muy, muy felices al encontrar a este chico. "Qué afortunados hemos sido!", dijo la mujer. E inmediatamente cubrieron al niño con una cálida frazada y le dieron algo de comida, y lo tomaron como su hijo.
Y así fue como Olentzero llegó a crecer en aquellas maravillosas montañas, hasta que se convirtió en un fuerte, saludable y amable hombre. Sus padres fueron muy felices y Olentzero no estaba en absoluto preocupado por la extraña forma en la cual sus padres
llegaron a encontrarlo.

Olentzero trabajaba todos los días de la mañana a la noche, haciendo carbón y ayudando a su anciano padre. Después de muchos años, la anciana pareja quienes habían sido los amorosos padres de Olentzero finalmente murieron y Olentzero se quedó muy solo en la casa en el bosque.
Los años vinieron y se fueron y su cara comenzó a arrugarse y su cabello comenzó a ponerse blanco.
El vivir solo lo volvió triste y se dió cuenta de que lo que necesitaba hacer era ayudar a otras personas que lo necesitaban. Recordó que en el pueblo había una casa en la cual vivían algunos niños que no tenían padres. Vivían de cualquier cosa que la gente del pueblo les llevara, y Oletzero se dió cuenta de que esos niños eran muy solitarios, justo como él, y de que él podría hacer cosas para ellos de modo que fueran felices.
Construccion para hacer carbon.Olentzero era muy inteligente y muy bueno haciendo cosas con sus manos, de manera que hizo algunos juguetes de madera para aquellos niños: pequeños juguetes y muñecas, que el podría llevar a los niños cuando fuera al pueblo a vender su carbón.
Cuando él terminó las muñecas y muñecos, los puso en una gran bolsa, puso la bolsa sobre su burro, y marchó hacia el pueblo. Olentzero se sintió muy feliz por dentro aquel día, y sus ojos refulgieron con mucha brillantez.
Le tomó toda la mañana caminar a través de las montañas hasta llegar al pueblo, pero estaba muy feliz. Sonreía como si estuviera en un sueño, porque iba a llevar a los niños los juguetes que él había hecho.
Los niños pequeños del pueblo estuvieron muy felices también cuando recibieron sus regalos, y Olentzero se pasó la tarde jugando con ellos y contándoles las historias que había aprendido de su padre cuando él era pequeño. Los niños y niñas amaron mucho a Olentzero y después de aquel día no se sintieron tan solos como antes. Olentzero se volvió muy conocido en aquel pueblo. Cada vez que él se acercaba, rápidamente era rodeado por los niños.
Esto sucedió por muchos hermosos y felices años, pero una vez hubo una terrible tormenta en el pueblo y en las montañas de la periferia, la cual destruyó muchas cosas. Los fríos, fuertes vientos y el sonido de los truenos dejaron a la gente muy asustada y trastornada, especialmente a los niños.
Un día, cuando Olentzero estaba yendo al pueblo, vió un rayo alcanzando a una casa. Corrió muy rápido hacia la casa y vió algunos chicos en una de las ventanas, muy asustados, gritando y pidiendo ayuda. Llegó hasta la casa, que estaba en llamas, cubrió a los niños con una manta para protegerlos del fuego, y los sacó de la casa a través de una ventana.
Pero mientras él estaba tratando de salir, una viga de madera vieja y grande del cielo raso cayó sobre él. Olentzero cayó con gran dolor, y su fuerte y hermoso corazón se detuvo. Las personas en el pueblo lloraron cuando vieron la casa en llamas, y supieron lo que había ocurrido, y se dieron cuenta de que no había nada que ellos pudieran hacer.
Pero en ese mismo momento fueron sorprendidos por una brillante luz que salía de la casa en llamas. Nadie podía ver lo que estaba ocurriendo adentro. Pero dentro de la casa, el hada que había encontrado a Olentzero en las montañas, cuando él era un bebé muchos años atrás, apareció junto a Olentzero y comenzó a llamarlo por su nombre con su dulce voz: "¡Olentzero! ¡Olentzero!"·
Ella dijo: "Olentzero, tú has sido un buen hombre, lleno de fe y de buen corazón. Has dedicado tu vida a hacer cosas para los demás, y has dado hasta tu propia vida para salvar a otras personas. Por lo tanto no quiero que te mueras. Yo quiero que vivas para siempre. De ahora en adelante tú harás juguetes y otros regalos para los niños de este pueblo y de todos los rincones de Euskal Herria."
"¡Y nosotros te ayudaremos!" dijeron todos los Prakagorris, volando alrededor de Olentzero.
Y así fue como vino a pasar que, en la mitad de cada invierno, al final de cada año, Olentzero va a todos los pueblos de Euskal Herria repartiendo juguetes y regalos a los niños. Los niños de todos los pueblos celebran la llegada de Olentzero cantando canciones y esparciendo su mensaje de amor, fuerza y coraje. Algunas personas no creen que Olentzero realmente exista. Pero entre los vascos hay un viejo dicho:
"todas las cosas que tienen un nombre existen, si nosotros creemos que existen".

Al pie, octavilla repartida durante la primera representación tras la dictadura franquista, del Olentzero en Viana en el año 1978


Carta a Olentzero y los Reyes Magos

22/11/2011

Insumisos, la batalla por un ideal

Coincidiendo con la dimisión de Jorge Urdanoz, aprovechamos para reproducir un articulo suyo del año 2.009.

Cuestionaron en la España de los años setenta el servicio militar obligatorio con propuestas no violentas. Su recuerdo es oportuno en un país con tantos adolescentes sin ideales y tantos políticos sin generosidad.



De quién se dice aquello de "no sabían que era imposible y lo han conseguido"? Porque si alguien se merece la cita, ésos son los insumisos que en su día vencieron al ejército. Un ejército, el heredado de la dictadura, que no tenía entre los españoles la mejor de las reputaciones, estigmatizado como estaba por haber sido uno de los puntales de la represión franquista. El movimiento antimilitarista le plantó cara pronto y, casi inconcebiblemente, terminó ganando una batalla que sólo cabía dar por perdida. Los insumisos lograron acabar con la mili obligatoria y forzaron a la institución militar a replantear toda su estrategia de fondo. Fue, por muchos motivos, un acontecimiento singular, y merece la pena recordarlo.
Aunque parezca ciencia-ficción, cientos de jóvenes iban a la cárcel en defensa de sus valores.
La cita de Gandhi se repetía por doquier: "No hay un camino a la paz, la paz es el camino".
No es fácil acotar los orígenes del proceso. La fundación oficial del Movimiento de Objeción de Conciencia -el MOC, el colectivo que gozó de un mayor protagonismo durante los años de la insumi-sión- data de 1977, pero hay acuerdo en considerar que tal fecha supuso tan sólo un bautizo más o menos formal a un impulso que tenía ya algunos años. En 1971, con el dictador todavía atado y bien atado a los resortes del poder, Pepe Beunza, el padre del antimilitarismo español, se convirtió en el primer insumiso no religioso al ejército obligatorio (los Testigos de Jehová se habían negado a alistarse desde siempre). Lo arrastraron por 10 prisiones durante casi tres años, pero con el tiempo pudo ver cómo la incorporación a filas dejaba de ser obligatoria. Hoy en día sigue siendo un referente para el movimiento por la paz en nuestro país.
El antimilitarismo bebió de la rebeldía de Mayo del 68, del pacifismo cristiano de los movimientos de base y de los procesos de desobediencia civil inaugurados por Thoreau, Gandhi y Luther King. Hubo también, es cierto, una insumisión específicamente nacionalista. No al ejército, sino a España. No antimilitarista, sino militarista a la contra. Pero de ésa no hablaremos aquí, pues no es sino el mismo belicismo con distintas insignias. La insumisión de la que nos ocuparemos aquí es aquella que ofrecía razones y ejemplos contra una organización social estúpida, injusta y ciega, no contra los particulares colores de la bandera que la arropaba.
Aunque hoy parezca ciencia-ficción, los jóvenes de entonces iban a la cárcel dos años, cuatro meses y un día por un ideal. Podían optar por hacer la prestación social sustitutoria durante un año, por supuesto, pero eso era hacerle el juego al sistema militarista y permitir, por tanto, su perpetuación. Así que decían adiós a sus familias, a sus estudios o a sus trabajos... y se entregaban. Seguían las enseñanzas de la desobediencia civil: jamás acatar lo injusto, pero nunca responder con la violencia. Y asumían además el castigo legalmente establecido. Porque, como Gandhi y King habían enseñado, sólo así puede la sociedad vislumbrar las injusticias y percibirlas como tales, y sólo así será posible el cambio. Por eso centenares de jóvenes que no sólo no habían hecho absolutamente nada, sino que eran en muchos sentidos los mejores de entre nosotros, acababan en prisión. Y, extramuros, la sociedad empezó a plantearse cosas.
Es difícil, sospecho, que un adolescente de hoy conciba algo semejante. No hay fuerza de convicción más poderosa que la sinceridad y el ejemplo, pero ya no abundan. Yo no viví la transición, pero intuyo que entonces los ideales democráticos eran eso, ideales, y no la palabrería hueca y pomposa en la que se han convertido ahora. Entonces un partido como el PSOE podía ceder a otro grupo político uno de sus dos asientos de los siete que formaban la comisión que habría de redactar la Constitución (¡la Constitución!), sólo porque creía que era justo que así fuera, aunque nada le obligara legalmente a ello.
¿Podemos imaginar algo parecido ahora, cuando nadie le hace ascos ni al menor tránsfuga de pueblo? Para bien y para mal, con la democracia llegó también el desencanto. La política dejó de ser aquello de conseguir el poder para poner en práctica los ideales e, imperceptiblemente, se convirtió en el manejo de los ideales para conseguir el poder.
Los insumisos fueron probablemente los últimos grandes idealistas que dieron la batalla en la arena específicamente política y estatal. Tras ellos, las ansias de transformación buscaron otros cauces. A la desnuda autenticidad de su idealismo, que a nada conduce por sí sola, sumaban unas razones de fondo que era difícil rebatir. La mili obligatoria se había convertido en un ritual vacío de todo contenido. Era un semillero de suicidios, de frustración, un sinsentido amargo. Y el pacifismo dibujaba un horizonte de posibilidades cargadas de esperanza. La cita de Gandhi se repetía por doquier: "No hay un camino a la paz, la paz es el camino". A Thoreau, encarcelado por negarse a pagar unos impuestos que apuntalaban la esclavitud, su mejor amigo le preguntó: "¿Cómo es posible que estés en la cárcel". A lo que él simplemente contestó: "¿Cómo lo es que no estés tú?". Era la anécdota definitiva.
No se trataba sólo de ser justos en la lucha, se trataba de luchar por algo que era eminentemente justo. La abolición de los ejércitos, la concordia universal, la educación por la paz, el desarme... todo era posible y todo había que intentarlo.
De alguna manera, el movimiento murió de éxito. Con la mili obligatoria se extinguió también el móvil aglutinante fundamental. Los insumisos fueron olvidados. Hoy están entre nosotros: pueden ser el carnicero, el bibliotecario o el conductor del autobús, pero lo ignoramos. No recibieron jamás ni una medalla, ni una condecoración, ni un reconocimiento, nada. Gracias a ellos, miles y miles de conciudadanos no desperdiciamos nueve meses de nuestras vidas, pero nadie les ha dicho nunca algo parecido a "gracias". Ni Pepe Beunza, ni el MOC, ni nada ni nadie han sido candidatos a reconocimiento institucional alguno. Ni una nota a pie de página, sólo silencio. Con todo, el movimiento antimilitarista sigue activo, por supuesto. Tecleen en Google "objeción fiscal"... razones y motivos, por desgracia, no faltan.
¿Y el ejército? La experiencia le hizo aprender muchísimo. Inició una campaña de desinformación digna de Orwell: basta decir que la idea-fuerza es la paz. "Misiones de paz", "ejército humanitario", etcétera. Todo muy bonito y todo mentira: la cruda verdad es que tan sólo el 1% de su presupuesto se dedica a ese tipo de misiones internacionales.
Y se trata siempre de misiones en las que España tiene algún interés político obvio. Y abundan las denuncias de brutalidad, de ineficacia o de cosas peores. Y, si de ayudar se trata, las ONG lo hacen mejor y salen más baratas. Siete veces más baratas, exactamente. Y más allá de eso, ¿qué clase de empresa anuncia tan sólo el 1% de su actividad? La maniobra es tan exitosa que incluso se les ha permitido sacar a niños de las escuelas para llevarlos de excursión a los cuarteles. ¿Educación para la paz? No: el mundo al revés.
Si el movimiento antimilitarista no fue más allá a pesar de todo el potencial que encierra se debió probablemente a una carencia de diagnóstico, de visión global. Una lacra que caracteriza nuestra época: nadie sabe hoy en qué creer. Pero ¿por qué los barrios ricos necesitan muros, cámaras y seguridad privada, y por tanto han de invertir en ello buena parte de su presupuesto? Porque si son ricos es que hay otros que son pobres.
Pongan "países" donde digo "barrios" y "ejércitos" donde digo "seguridad privada" y tendrán una fotografía bastante aproximada del concierto mundial de las naciones. Un concierto difícil de cambiar, si no imposible. Aunque quizás, en alguna parte, alguien no lo sepa y haya empezado ya a intentar lo inaudito. Nunca se sabe cuándo prende la chispa de lo imposible.
Jorge Urdánoz Ganuza, doctor en filosofía, es visiting scholar en la Universidad de Nueva York.

18/11/2011

Ruta de vino y pescado (Álava y Bizkaia). Senda del dinero


Sabemos tanto de Euskadi y tenemos tantas cosas en la retina como el contraste de sus verdes praderas, sus pinares meciendo caseríos, su costa recortada sobre el infinito azul y sus playas de arena clara que es muy difícil a estas alturas asombrarse de nada. El GR-38 que une Oion, en la Rioja Alavesa, con Bermeo, en Bizkaia, ofrece, sin embargo, en su recorrido mucho de lo que no sabemos de este país. Es una caja de sorpresas, a cada cual más asombrosa, un paseo por los valles, las quebradas, los ríos, los montes, los desfiladeros, los bosques, las aldeas perdidas de la Euskadi interior.
Se rompen muchos mitos al disfrutar de un paisaje mediterráneo y vasco en La Rioja, de unos ‘minipirineos’ en la Sierra Cantabria, de un ‘pequeño Cares’ en Oquina, de una ‘minicapadocia’ en Laño, una reproducción del Lago Ness en los embalses de Urrunaga y Ullibarri, unos Picos de Europa a escala pequeña en Urkiola, y un final de mar bravío, puertos, arenales y reserva de la Biosfera en Urdaibai. Si en el futuro inmediato declaran parque natural a los Montes de Vitoria, pasaremos además por algunas de nuestras reservas de biodiversidad más cruciales. Sin recorrer entera la comunidad podremos conocer de primera mano mucho de la enorme riqueza paisajística, florística y de hábitats de interés faunístico que conserva el país.
Durante siglos el único paisaje bello ha sido lo verde. Pero hoy sabemos que detrás de un cerro pelado, una encina, un secarral o un campo de avena hay vida, una expresión diferente de la belleza de la naturaleza y mil razones para agradecer que el paisaje no sea igual. Ese cambio de texturas y tonos en cada loma que subamos es uno de los grandes secretos de esta ruta. Pongo un ejemplo de la vegetación que se disfrutará: viñedo, olivar, almendros, coscojas, coronillas de fraile, efedras, pino carrasco, romero, tomillo, esparto, quejigos, hayas, carrascas, marojos, boj, alamos, alisos, robles, fresnos, olmos, enebros, abedules , cipreses o avellanos.
Caminos medievales
Existe abundante documentación, especialmente desde la Edad Media, de la floreciente relación comercial entre los puertos vascos del Cantábrico y las ricas riberas del Ebro o la feraz Llanada alavesa a través de los viejos caminos medievales, ahora reconvertidos en el GR-38. Vitoria era el centro de aquella actividad económica y social que beneficiaba a unos y otros. Aquellas sendas acabaron construyendo conciencia de país, mediante la transmisión de noticias e ideas y forjando la propia personalidad vasca poniendo en contacto a gentes de diferentes culturas y paisajes.
Las disputas entre mulateros, trajineros, arrieros, comerciantes, peregrinos y vecinos de los diferentes pueblos por donde pasaba la ruta, Legutiano, Durango o Ullíbarri-Gamboa se recogen en los acuerdos de las Juntas Generales de Álava. Lo mismo que las órdenes para reparar trazados y construir puentes sobre los ríos o la abundancia de ventas, mesones, cruces y humilladeros.
Los franceses, inventores de tantos pequeños placeres de la vida, también pusieron nombre –randonniers– , simbología propia y normas al simple hecho de andar. Eso fue hace ya más de sesenta años. Crearon los GR para frenar las prisas, senderos para andar, bien marcados para no perderse y aprovechando las viejas rutas comerciales y culturales, a las que ahora se ha incorporado el valor de la naturaleza.
Desde la puesta en marcha de esta ruta del GR-38, hace ya 16 años se ha ayudado a mejorar y conservar el entorno natural que atraviesa y su patrimonio histórico. Es una de las virtudes del senderismo, que saca del sumidero de la historia caminos perdidos, cañadas, calzadas o carretiles empedrados que de otra manera se irían cerrando con la falta de uso.
Comercio
Los 166 kilómetros que separan los viñedos de Oyón del puerto de Bermeo atraviesan el País Vasco de Sur a Norte surcando una diversidad de paisajes muy difíciles de encontrar. Recorremos el mismo suelo que pisaron las carretas y mulas y cargadas de pescado fresco o en salazón desde los puertos cantábricos .Y en su viaje de vuelta cargaban con sus carruajes de trigo, sal, vinagre y vino. También hay referencias a la lana, el aceite, el hierro vizcaíno o al comercio de lujo.
Existe actualmente en la página web de Senderimos Euskadi un completísima información sobre las 7 etapas oficiales y las tres variantes en las que se divide el itinerario, los lugares de interés y la descripción de la ruta. Todo ello acompañado de documentación gráfica y planos. Tanto a la hora del diseño del trazado como de los nombres se ha optado por el interés paisajístico y se ha evitado finalmente pasar por Vitoria.
El camino puede empezar por Bermeo o por Oyón, indistintamente. Aunque fue la Federación de Montaña Alavesa la que más empujó para preparar este camino, fue revisado y mejorado entre 2007 y 2008 gracias a la fundación Naturgintza en colaboración con otras instituciones.
La primera etapa de este Gran Sendero permite conocer los extensos viñedos y la todavía existente flora mediterránea que caracterizan a la Rioja Alavesa desde Oyón y Laguardia (8,5 km.). En Lagrán, el centro interpretativo de La Traviesa ofrece toda la base documental que ayuda a entender la ruta. La última etapa atraviesa la espectacular reserva de la Biosfera de Urdaibai para terminar en la villa marina de Bermeo. Dos paisajes sorprendentes y completamente diferentes que hablan de un país diverso y rico, de lugares que solo se pueden entender si se andan, si se respiran, si se huelen, a la velocidad de los pies del hombre. A ese ritmo se puede explorar el entorno y oír el interior de cada uno. Sin prisas, como se debe ir por la vida.

29/10/2011

MODO DE ACTUAR FRENTE A UN ACCIDENTE de MONTAÑA

- Prestar los primeros auxilios al accidentado. Para ello y siempre teniendo en cuenta el estado del mismo debemos de realizar lo que se denominan las "5 R" :
REPOSAR
REHIDRATAR
REALIMENTAR
RECALENTAR
RECONFORTAR
- Dar aviso a los Grupos de Rescate con todos los datos posibles. Generalmente el que recibirá el aviso no es un miembro del equipo que realizará el rescate, por lo que es importante facilitar el medio de localización (si se llama por teléfono, el número del mismo), al objeto de que una vez puestos en contacto con éstos se pueda recabar la información necesaria. Una vez realizada la llamada procura mantener libre la línea por si es necesario llamarte para recabar más datos

- En caso de que sea necesaria la utilización del helicóptero señalizar la zona y limpiarla de cosas que puedan salir volando y engancharse al rotor
- Los pasos de actuación se resumen en tres :
Proteger al accidentado
Aviso al grupo de rescate
Socorrer

Respecto a la protección del accidentado debemos trasladarlo a un lugar resguardado del viento, pero siempre teniendo en cuenta todas las normas elementales de los primeros auxilios, ya que en ciertas ocasiones ésto no será posible. Hay que tener en cuenta que aunque sea un día cálido el herido experimentará una pérdida de calor importante.
Respecto al contenido de la información que debemos dar en nuestro aviso de accidente, éste se reduce a lo siguiente:
- ¿Qué es lo que ha ocurrido?
- ¿Cómo ha ocurrido?
- ¿Cuando ha tenido lugar el suceso? A veces es importante saber el tiempo transcurrido desde que se ha producido el accidente hasta que se ha dado la alarma.
- ¿En qué estado se encuentra el herido? Comunicar si en algún momento ha perdido la consciencia y si se valora que puede tener alguna lesión interna.
- ¿Dónde se encuentra el herido? Dar una localización lo más exacta posible y en caso de no conocer bien el terreno esperar al equipo de rescate en un lugar conocido por ambos o en un lugar donde nos encontremos bien visibles dentro de una zona determinada para que se nos vea desde lejos al hacer señales.
- Comunicar cuántas personas están disponibles para ayudar al equipo de rescate.
- Estado meteorológico de la zona. Por si fuera necesario el uso del helicóptero (viento y visibilidad).
- Material de que se dispone en la zona. Es un dato importante pues se nos ha dado el caso de no tener comunicación posterior con el que ha dado el aviso y aparecer en la zona con varios kilos de material de socorro después de varias horas de marcha y no ser necesaria nada más que una camilla y una férula de inmovilización.

Ante todo debemos de tener en cuenta la PACIENCIA. Para los compañeros del herido el tiempo pasa muy lentamente, sin embargo para los socorristas los minutos corren rápido.

Una web (no oficial) interesante sobre los equipos de rescate de la G.C. : http://www.greim.es

23/09/2011

La moda ecológica

En la fila del  supermercado, el cajero le dijo a una señora mayor que debería traer su propia bolsa de compras ya que las bolsas de plástico no eran buenas para el medio ambiente.

La señora pidió disculpas y explicó:
-        Es que no había esta moda verde en mis tiempos."


El empleado le contestó:
-        Ese es nuestro problema ahora. Su generación no tuvo suficiente cuidado para preservar nuestro medio ambiente."


Tenía razón:

-        Nuestra generación no tenía esa moda ecologista  en esos tiempos.


En aquel entonces, las botellas de leche, las botellas de gaseosas y las de cerveza se devolvían a la tienda. La tienda las enviaba de nuevo a la planta para ser lavadas y esterilizadas antes de llenarlas de nuevo, de manera que podían usas las mismas botellas una y otra vez. Así, realmente las reciclaban.


Pero no teníamos moda verde en nuestros tiempos.


Subíamos las escaleras, porque no había escaleras mecánicas en cada comercio y oficina. Caminábamos al trabajo en lugar de montar en nuestro vehículo de 300 caballos cada vez que necesitábamos recorrer dos manzanas.


Pero tenía razón. No teníamos la moda verde en nuestros días.


Por entonces, lavábamos los pañales de los bebés porque no había desechables. Secábamos la ropa en tendederos, no en esas máquinas consumidoras de energía sacudiéndose a 220 voltios -la energía solar y eólica secaban verdaderamente nuestra ropa. Los chicos usaban la ropa de sus hermanos mayores, no siempre modelitos nuevos. Pero esa señora está en lo cierto: no teníamos una moda verde en nuestros días.


En ese entonces teníamos una televisión, o radio, en la casa -no un televisor en cada habitación. Y la TV tenía una pantallita del tamaño de un pañuelo (¿se acuerdan?), no una pantallota del tamaño de un estadio.

En la cocina, molíamos y batíamos a mano, porque no había máquinas eléctricas que lo hiciesen todo por nosotros.
Cuando empaquetábamos algo frágil para enviarlo por correo, usábamos periódicos arrugados para protegerlo, no porexpán o film de bolitas plásticas.
En esos tiempos no encendíamos un motor y quemábamos gasolina sólo para cortar el césped. Usábamos una podadora que funcionaba a músculo. Hacíamos ejercicio trabajando, así que no necesitábamos ir a un gimnasio para correr sobre pistas mecánicas que funcionan con electricidad.


Pero ella está en lo cierto: no había en esos tiempos una moda verde.

Bebíamos de una fuente cuando teníamos sed, en lugar de usar vasitos o botellas plásticos cada vez que teníamos que tomar agua.


Cambiábamos las hojas de afeitar en vez de echar a la basura toda la afeitadora sólo porque la hoja perdió su filo.


Pero no teníamos una moda verde por entonces.


En aquellos tiempos, la gente tomaba el tranvía o un autobús y los chicos iban en sus bicicletas a la escuela o caminaban, en lugar de usar a la mamá como un servicio de taxi de 24 horas.


Teníamos un enchufe en cada habitación, no un banco de enchufes para alimentar una docena de artefactos. Y no necesitábamos un aparato electrónico para recibir señales de satélites a kilómetros de distancia en el espacio para encontrar la pizzería más próxima.


Así que ¿no les parece lamentable que la actual generación esté lamentándose cuán botarates éramos los viejos por no tener esta moda verde en nuestros tiempos?



23/08/2011

Peña Montañesa por la Faixa Toro

Nos decidimos por la Peña Montañesa, un bonito dosmil al sur de la divisoria, cercano a Aínsa y gran mirador de la Comarca del Sobrarbe.

Desde Aínsa nos dirigimos al Este por la Nacional que se dirige a Campo. Nada más pasar el desvío a Arro tomamos la carretera que sale a la izda y que sube al norte con la indicación del Monasterio de San Victorian. Pasamos por el pueblo de Oncins y continuamos por la carretera, que sigue ya horizontal, al Este.
Aproximadamente 1 Km antes del Monasterio se encuentra la Ermita de la Virgen del Pilar y un centenar de metros antes vemos a la izda de la carretera un cartel indicador en rojo (Prames) donde se ve cómo parte la senda de la vía normal a la Peña Montañesa. Aparcaremos unos metros más adelante del inicio de la senda, en un saliente a la derecha donde pueden caber hasta 3 coches.



Descripción de la ruta y fotos en:

http://lameteoqueviene.blogspot.com/2011/08/pena-montanesa-por-la-faixa-toro-27.html

02/07/2011

Detención de un insumiso en Huesca en mayo de 2011

CONTENIDO INTEGRO DE LA RUEDA DE PRENSA TRAS LA DETENCIÓN DE UN INSUMISO EN HUESCA EN MAYO DE 2011

10-06-2011 DONOSTIA/SAN SEBASTIAN

Tres personas que fueron miembros de la Koordinadora Antimilitarista Kakitzat de Gipuzkoa en los 80/90 han denunciado mediante Rueda de Prensa la reciente detención el 28 de mayo de 2011 de un insumiso vasco en Huesca.

Como miembros en su momento del movimiento antimilitarista queremos denunciar este hecho, que constituye el segundo caso que sucede en esa zona: el 1 de abril de 2010 otro insumiso que participó en la campaña de Insumisión en los Cuarteles fue detenido en una situación similar.

La detención de mayo de 2011 tuvo lugar hace quince días en un hostal de la localidad de Aisa (Huesca): el insumiso se encontraba alojado junto con su mujer y su hijo cuando, a las dos de la madrugada, tocaron a la puerta de su habitación dos guardias civiles que lo detuvieron sin explicarle el motivo del arresto: fue conducido a la comisaría de Jaca, donde pasó doce horas en un calabozo hasta que tras las protestas de los familiares el juez de guardia de la citada localidad lo dejó en libertad al no encontrar motivo alguno para su detención.

La orden de detención fue emitida en Ceuta en 1997, pero fue en 1991 cuando el insumiso no se incorporó al Servicio Militar en esa localidad, y el juicio por esa causa se celebró en la Audiencia de Donostia en 1996, donde fue condenado a un año de cárcel, que no tuvo que cumplir. Creemos que es denunciable el hecho de que 10 años después, todavía circulen por cuarteles y comisarías ordenes de “búsqueda y captura”, cuando ya han sido cerradas las causas por las que fueron juzgados y condenados: la insumisión dejó de ser delito en el Código Penal en 2001, pero esta detención evidencia que todavía las personas que se negaron a acudir al Servicio Militar Obligatorio o a cumplir con la Prestación Sustitutoria pueden tener problemas legales que pueden conducir a una detención. Cientos de personas podrían encontrase en la misma situación.

Creemos necesario informar a esas personas que  participaron en la campaña de insumisión, para que si lo consideran necesario se muevan para solicitar la anulación de los antecedentes penales y las órdenes de “busca y captura”, pero sobre todo exigimos a las instituciones políticas, judiciales, policiales y militares que revisen los procedimientos pendientes para evitar que estos casos se repitan. Esto es, la carga de responsabilidad para evitar estos hechos no reside sobre los insumisos, sino sobre las instituciones que deben evitar situaciones injustas y desagradables como la de las personas detenidas recientemente. Muchas antimilitaristas se reafirman hoy en día de mil maneras en su desobediencia a los ejércitos: acciones directas en instalaciones militares (por ejemplo la inspección ciudadana de la base de la OTAN de Bétera en Valencia, o las acciones en el Gobierno Militar de Bilbao), marchas contra los polígonos de tiro como las Bardenas, denuncia de las fábricas implicadas en suministrar armas tanto a Libia como a la OTAN, criticando el gasto militar mediante objeción fiscal …. Las y los antimilitaristas han asumido siempre las consecuencias de sus actos, pero actualmente no es justo que los insumisos puedan sufrir las consecuencias de los errores de las Instituciones.

La mayoría de la sociedad nunca consideró delito la insumisión, y no dejaremos que vuelva a judicializarse una cuestión que tiene que ver con la libertad de conciencia y la demanda de desmilitarización social.

No deja de ser curioso que 10 años después de dejar en suspenso la mili, algunos de los protagonistas de acabar con aquel anacronismo histórico, que junto con otros miles de hombres, mujeres y movimientos sociales impulsaron la campaña de insumisión, sigan padeciendo las consecuencias de su actitud. Y queremos dejar claro una cosa: qué si hoy no existe el SMO, no fue por una gracia de los gobiernos de turno, sino por la lucha que impulsó el movimiento antimilitarista mediante la objeción en los 70/80 y la insumisión en los 90, plantando frente a los gobiernos de turno y a la institución militar.

Ante las celebraciones hipócritas del fin de la ”Mili”, queremos recordar también a los jóvenes que murieron cumpliendo el Servicio Militar, víctimas de accidentes, malos tratos, abusos de sus superiores, suicidios… y a los que sufrieron humillaciones, tanto de mandos militares como de “compañeros” de quinta.

LA “MILI” NO SE ABOLIÓ, ESTA EN SUSPENSO

Es lógico pensar, que no iba a ser el Estado, el que reconociese que tuvo que ceder ante una presión que nunca supo manejar. La versión oficial insiste machaconamente en que la reforma de las FAS fue producto del nuevo papel que el Estado Español empezaba a jugar, por aquel entonces, en el escenario internacional, lo cual exigía unas FAS volcadas hacia la intervención exterior. Y ello requería de un ejército moderno, tecnológicamente desarrollado, etc.. En una palabra, “profesional”. En ese esquema la “Mili” era un obstáculo para avanzar hacia ese modelo.

Y algo de verdad existe en ese planteamiento. Pero aún reconociendo, sólo es una parte, parcial e interesada de la historia, que intenta además minimizar el peso de la contestación social.

Entre un sin fin de argumentos antimilitaristas, podríamos destacar que bastantes países europeos asumieron ese “rol” sin variar su sistema mixto, esto es, manteniendo la conscripción y organizando cuerpos “especiales” para esas funciones, como de hecho lo estaba haciendo el gobierno español. Por otro, el fin de la “Mili” llegó muy a pesar de la especial idiosincrasia del ejército español: viniendo de donde venía, para el cual la “formación” de la juventud en los valores castrenses y patrióticos mediante la “Mili” era una seña de identidad y una función “vital”, a la que buena parte del estamento no estaba dispuesta a renunciar.

Fue, y a estas alturas todavía hay que decirlo alto y claro, la presión social impulsada por la campaña de insumisión la que obligó a un cambio de modelo, y en definitiva libró a la juventud de esta obligación militar.

Curiosamente al cumplirse diez años del decreto que adelantaba la “suspensión”, ve la luz un real decreto (el 383/2011), el Reglamento de Reservistas de las FAS, que mantiene la posibilidad de reinstaurar el SMO si las necesidades de Defensa así lo requirieran. Dicho servicio sería obligatorio para hombres y mujeres de entre 19 y 25 años (según necesidades), y aunque reconocería la objeción de conciencia, el ministerio de defensa obligaría a incorporarse a estos, a organismos dependientes del mismo que no requirieran el uso de armas de fuego, pero englobados en la estrategia de Defensa. En su caso, sería el gobierno mediante Real Decreto y previa autorización del Congreso el que establecería el cupo, las condiciones y el tiempo de duración de este nuevo SMO.

Todo un paso... atrás

Es evidente que no parece que en el panorama inmediato se pueda producir una situación de este tipo, pero no podemos menos que alertar de su existencia de cara al futuro, y creemos necesario luchar contra esta nueva forma de militarización social.

TRAS 10 AÑOS DELFIN DE LA “MILI”,: NI OBLIGATORIO NI PROFESIONAL, ABOLICIÓN D ELOS EJERCITOS Y DESMILITARIZACION SOCIAL.

Las recientes detenciones de insumisos son una pequeña muestra de militarización social, pero las verdaderas víctimas de esa lacra son las miles de personas involucradas en las guerras, y es necesario movilizarse contra los que la utilizan la vía militar para imponer sus intereses, incluyendo a los que lo hacen bajo el disfraz de las “intervenciones humanitarias”.

Denunciamos a la industria armamentística y al gasto militar, mucho más hiriente hoy en día cuando se recortan derechos sociales. La “Mili” sólo fue una parte de la militarización, y animamos a la ciudadanía a participar en todas las campañas antimilitaristas. Reivindicamos la labor de grupos como KEM/MOC, Kakitzat, Gasteizkoak, Alternativa Antimilitarista/MOC , Centre Delàs d’Estudis per la Pau , Mujeres de Negro … y otros tantos grupos que continúan trabajando por una verdadera desmiltarización social y por la resolución noviolenta de los conflictos.

24/06/2011

"Toche" en el circuito de los Annapurnas

«Dado el desnivel, en unos valles era otoño y en otros primavera al mismo tiempo». José Ramón Sáenz López 'Toche' cree que su pasión por la escalada y la montaña pudo comenzar cuando apenas levantaba un palmo del suelo y ya se subía a todas las piedras y rocas del entorno de Nieva de Cameros, municipio del que desciende pese haber nacido en Logroño.

A sus 69 primaveras, este amante empedernido de la montaña y de los deportes en general (lo mismo practica ciclismo o remo que escalada en hielo o espeleología) no se arredra por nada y en noviembre partirá hacia el campo base del Everest, situado a 5.300 metros de altura.

No será la primera vez que ande por esos lares, ni por parecidas latitudes. En el 2007 -año 2064 en la zona- recorrió junto a un par de amigos la ruta de los Annapurnas, en Nepal, el circuito de trekking que discurre a la mayor altitud del planeta. La senda arranca a unos 760 metros de altura y corona los 5.500. De este modo, la aventura no está exenta de dificultad. «A veces había que ir trepando a cuatro patas, pero lo compensaban imágenes preciosas como la de la cumbre del Machapuchare, con forma de cola de pez».

La ruta la enmarcan cifras increíbles -como que consta de 350 kilómetros a través de un país en el que se hablan 160 dialectos-; pero también experiencias fantásticas e irrepetibles, como las que les sucedieron a lo largo de los 26 días de caminata.

«El circuito está compuesto por decenas de picos y poblado por cientos de aldeas, cada una con sus peculiaridades», explica. Así, al pasar de valle a valle «no sabías si era primavera u otoño». Alguna idea daban los cultivos. «En función de la altitud de cada terreno y de su orientación, en algunos lugares se estaba cultivando arroz mientras que en otros se recogía, y en algunas áreas los frutales estaban en flor y en otras la fruta ya estaba madura», señala. Lo que resultaba uniforme en cada estrato del camino era «la hospitalidad de los nepalíes». «La gente era muy receptiva, pese a la vida tan dura que llevaban en las aldeas, donde aún se labra con arados de madera y el almacenar leña en los tejados de las casas constituye un símbolo de poder social». No en vano, destaca que Nepal se autodenomina 'el país de la sonrisa'. «La gente enseguida te decía 'námaste' (expresión de saludo) y movía la cabeza con un sonrisa y las manos juntas», recuerda como imagen omnipresente de este viaje.