26/06/2008

Lapoblación Una montaña con vistas a tres cordilleras


Pese a su modesta altitud, la peña de Lapoblación -gracias a su
estratégico enclave situado en los límites de Nafarroa, Araba y La
Rioja- permite vislumbrar en el paisaje la cordillera Ibérica, los Picos
de Europa y los Pirineos. Forma parte de un eslabón de la larga cadena
que une de oriente a occidente las sierras de Lokiz y Kostalera-Kodes
con la de Toloño. Por diversos motivos se conoce a este erguido peñasco
como «El Castillo», «León Dormido» o «La Picota».

En el carasol de esta abrupta montaña de roca caliza que en otros
tiempos jugó un importante papel defensivo en la frontera del viejo
reino vascón con Castilla se encuentra la pequeña localidad de
Lapoblación. Situada a 970 metros de altitud entre los puertos de
Cabredo y Bernedo, esta pequeña localidad que conserva antiguas casonas
y una iglesia del siglo XIII ofrece la posibilidad de un itinerario
circular con acceso a la cumbre. Pese a que el itinerario de subida por
la muralla norteña parece imposible, es accesible para toda persona que
no se deje impresionar por el vértigo.

El itinerario arranca de la plazoleta de la iglesia, por la parte
trasera, para seguir por una calle situada a la izquierda que nos
llevará al exterior del pueblo. Aquí pasaremos del asfalto a una pista
de tierra que gana altura por los flancos de la montaña, al tiempo que
dejaremos poco más abajo unas torretas de comunicación. Suavemente, y
tras las marcas de un sendero SL, la vista se abre hacia la gran llanada
de la Rioja Alavesa y el somontano de Viana y, poco después, mientras
contorneamos el occidente de la montaña, la Sierra de Toloño con la
espigada Punta Alta nos ofrecerá un escenario agreste de roquedos y
bosques, un sorprendente cambio brusco del paisaje. Finalizada la pista,
y ante el depósito nuevo que abastece de agua a Lapoblación, estaremos
sobre el alto del puerto de Bernedo o La Aldea, donde una señal lleva en
esa dirección. En el linde del hayedo que cubre la vertiente alavesa de
la montaña, nuestro recorrido continúa por un amplio camino que bordea
la montaña que lleva al amplio rellano del Plantío. Sin llegar a este
lugar, el itinerario toma el desvío de una senda jalonada de mojones de
piedras que nos llevará al exterior del bosque hasta desembocar en una
inclinada pedrera. Una vez situados bajo la pared, iniciaremos el tramo
más pintoresco de esta excursión. Perfectamente trazada, la senda
culebrea entre cornisas y escarpes de una manera tan espectacular que
hace de lo más divertido lo que desde el principio parecía inexpugnable.
Finalmente, saldremos al lomo del «León Dormido», justo donde llega por
la vertiente contraria el camino histórico desde Lapoblación. Con el
paisaje abierto en todas las direcciones, sólo nos quedará ganar los
últimos metros que restan para alcanzar la cúpula cimera.

Una vez en ella, junto a los restos de la muralla de un antiguo reducto
militar y la plataforma de la desaparecida caseta del repetidor de
televisión, veremos una de las panorámicas más excepcionales de la
montaña vasca. Son tres cordilleras: los Picos de Europa más orientales,
en los montes de Reinosa; los Pirineos de Jacetania; y la cordillera
Ibérica, con los picos San Lorenzo y Moncayo. Salvada, Gorbea, Anboto,
Aizkorri, Andia y Jurramendi son otras de las montañas fácilmente
reconocibles desde este privilegiado balcón.

De regreso al punto de salida del lomo cimero, durante la subida sólo
nos restará descender por la amplia senda que lleva al visible pueblo,
camino utilizado antaño que conserva algunos tramos de su antigua
calzada. Tras describir amplias lazadas por la descarnada pendiente, el
camino desemboca en una pista junto a una abandonada cantera de grava.
Después de cruzar un joven robledal y unos campos estaremos de nuevo en
el punto de partida de esta excursión por una montaña en la que se
respira una gran tranquilidad.