20/01/2016

PEÑALTA, POR EL ALTO DE BERNEDO


Peñalta (1.243 M).

Peñalta aparece al montañero como una afilada cresta caliza que se eleva sobre espesos bosques de hayas y robles, y que separa Navarra de Álava. Impone. Bernedo, un pueblecito alavés, a 14 kilómetros de Santa Cruz de Campezo, está enclavado en la Montaña Alavesa, entre las aguas de los ríos Ega e Inglares, allí donde se unían las tierras castellanas y navarras.
La peña tiene dos subidas y las dos comienzan en la villa. La más complicada exige conocimientos de escalada y un delicado cresteo, que implica el uso de cuerda. La segunda y última es menos complicada, que no fácil. Sale de Bernedo pueblo, sigue el llamado ´camino de la madera´ hasta el puerto y nos lleva sin riesgos hasta la cima.
Estratégicamente situado, Bernedo fue una fortaleza amurallada en la Edad Media. El rey Sancho el Sabio de Navarra la nombró villa en 1182 y le concedió los fueros. Ha sido paso obligado para mercaderes y viajeros. Cabe destacar que tuvo dos ventas y un hospital.
Ha conservado parte de la muralla. Comenzamos la marcha de la iglesia de la Natividad de Nuestra Señora (723 m). Calle arriba pasamos junto a una fuente de tres caños que mana todo el año, para conectar con una pista de hormigón. Un poco más arriba está el castillo en ruinas (0h.05´/760 m). Felipe II, en 1592, pidió un informe sobre el estado del castillo, que llevaba 15 años deshabitado. Parte de él estaba arruinado.
La pista describe una curva en herradura y pierde el cemento. Se vuelve un camino que enfila directamente hacia la sierra, arbolada y muy pendiente. Pronto enlazamos con una pista (0h.20´/849 m) que en el pueblo llaman ´camino de la madera´. De su anterior uso no queda ni rastro. Es una agradable pista invadida por la vegetación (boj, endrinos y rosales), que termina en el Puerto viejo de Bernedo (0h.40´/993 m), tras cruzar la carretera en dos ocasiones. Desde este punto hay una excelente vista sobre Izki (Norte).
250 metros más arriba una senda bien pisada, pero que es fácil de obviar si no se camina atento, se interna perpendicularmente en la espesura de los matojos de bojes (Sur). Una vez en el bosque, la senda se endurece y no da descanso hasta la cresta. Es el tramo más exigente de la excursión. En 600 metros lineales debemos superar 350 metros de desnivel. El arbolado es mixto de hayas y quejigos, con un sotobosque de boj. El suelo está alfombrado de hojarasca, ramas y piedrilla suelta. Es resbaladizo, aunque la abundancia de ramas facilitan los agarres tanto en la subida, como en el descenso.
Siempre por el sendero, nos acercamos hasta la base de la pared (1h.15´). Seguimos paralelo a ella, pero sin dejar de ganar metros a cada paso, hasta que finalmente el bosque clarea y desaparece. Estamos en el collado (1h.30´/1200 m). Separa dos grandes cimas: Dos Hermanas y Peñalta.
Buzón de Ultreya Berri
Desde este punto, alcanzamos la cumbre por una cresta ancha, herbosa y sin riesgo, pero flanqueada a ambos costados por dos cortados impresionantes. En primer lugar encontramos el vértice geodésico (1h.36´/1243 m). Unos treinta metros más al Este vemos los dos buzones (1h.37´/1244 m). Uno, antiguo, colocado por La Sociedad Excursionista Manuel Iradier, con fecha de 1959, y otro, en forma de tienda de campaña, del Ultreya-Berri M.T. de Viana.
Excelente mirador. La Sierra se extiende (Oeste) por la cresta donde se elevan las puntas de Montorte, Alto del Avellanal, San Tirso, Peña del León, Cruz del Castillo y Palomares. Se ven Treviño, el parque de Izki (Norte) y la planicie de Navarra y La Rioja (Sur), donde destaca el amarillo de los trigales en verano. Vuelta por el mismo camino (2h.40´).