10/01/2012

UNA DE AMPOLLAS PARA PREVENIR.

La prevención es, sin duda alguna, el mejor remedio contra la aparición de ampollas. Sin embargo, a veces no podemos evitar que bajo ciertas condiciones estas protuberancias en la piel llenas de líquido aparezcan en determinados momentos. ¿Cómo debemos actuar ante ellas?
Cuando se pone sobre la mesa el tema de las ampollas el debate está abierto y asegurado. Será difícil encontrar dos opiniones iguales entre corredores: cada cual cuenta su remedio y lo que puede funcionar para unos resultará ineficaz para otros. Sin embargo, hay unos parámetros establecidos que pueden ayudar a prevenirlas y tratarlas. Las ampollas, aunque pueden parecer una lesión leve y no causar problemas médicos significativos, pueden ser muy molestas hasta el punto de limitar el entrenamiento, bajar el nivel de rendimiento deportivo e incluso dejar fuera de competición a más de un participante. Hay diferentes estudios a nivel de lesiones deportivas donde queda demostrado que los deportistas, y sobre todo los corredores, han padecido alguna vez ampollas a lo largo de su trayectoria.
El inicio
Pero empecemos por el principio: una ampolla es una protuberancia en la piel que contiene líquido. Por lo general, tiene forma circular. El líquido que se forma debajo de la piel puede ser transparente o sanguinolento y en ocasiones pueden aparecer debajo de las uñas, con o sin sangre. Además, los síntomas de una ampolla pueden parecerse a los de otras condiciones de la piel o problemas médicos.
Si hablamos en términos generales las ampollas pueden ser producidas por reacciones alérgicas, infecciones y lesiones como que maduras o escaldaduras, quemaduras por exposición al sol, dermatitis de contacto, impétigo (una infección contagiosa de la piel) o infecciones virales (incluidas la varicela y el herpes zóster), entre otras. Ahora bien, centrando el tema de las ampollas en el caso de deportistas en general y corredores en particular, la formación o aparición de ampollas se produce por presión excesiva en una zona concreta y, normalmente, sin previo aviso. Son las ampollas por fricción.
Qué causa una ampolla
La ampolla por fricción aparece con relativa frecuencia cuando el pie tiene que habituarse a ciertos cambios como la iniciación en una nueva actividad deportiva, un aumento en la actividad habitual, el cambio de calzado al que está acostumbrado el pie o por la confluencia de varios de estos y otros factores. Es importante tener en cuenta que si aparece una ampolla en una zona del pie, puede aparecer de nuevo en la misma zona. Analicemos ahora las causas más frecuentes de la aparición o formación de ampollas así como su prevención.
Calcetines inadecuados: bien por que se puedan mover dentro de la zapatilla, por demasiado gruesos o, al contrario, por demasiado finos. En todos los casos pueden producir arrugas que friccionaran la piel al correr o caminar. Es recomendable usar calcetines con tejido Cool-Max para mejorar la transpiración y favorecer un fácil ajustado. Incluso podemos encontrarlos específicamente para pie derecho y pie izquierdo, para una completa adaptación.
El calzado es otro factor desencadenante de mucha importancia. Si el calzado es demasiado grande o demasiado pequeño, o no se ajusta a la morfología del pie será, sin duda, causante de problemas. Por ejemplo, no utilizaremos bota de baja o media montaña para realizar una marcha de resistencia debido a que el pie no transpirará lo suficiente y la humedad es uno de los mejores aliados de las ampollas.
Lo más recomendable para es coger el calzado más adecuado es tener en cuenta qué tipo de actividad vamos a realizar. Es muy importante vigilar el acabado del calzado. Las costuras tanto interiores como exteriores así como adornos o etiquetas pueden producir rozaduras y, como consecuencia, la aparición de las temidas ampollas.
Prevención
Una vez escogido el calzado más adecuado para la actividad, jamás lo estrenaremos el día de la marcha para evitar sorpresas y habituar nuestros pies al nuevo calzado. Si no es así el regalo de estrenar calzado nuevo será una ampolla.
La sequedad de la piel es otro factor básico que debemos tener controlado para evitar la aparición de ampollas. Si la piel no es suficientemente elástica no se adaptará ni a las irregularidades del terreno ni a las presiones a las que está sometido el pie. Para conseguir una piel elástica necesitaremos una buena hidratación con cremas que estén compuestas con un mínimo de un 10% de urea para exfoliar las zonas de más sequedad.
Las cremas deben aplicarse habitualmente, pero sobre todo los días previos a la marcha. El día de la caminata el pie se debe lubricar con vaselina o cremas específicas anti ampollas sin excederse. Las uñas también pueden producir ampollas. Deben estar bien cortadas. No deben ser ni muy largas ni excesivamente cortas ya que la uña nos protegerá la parte final de los dedos en el momento de la marcha. Las ampollas en las uñas normalmente aparecerán por debajo de ellas con hematoma o sin él. Por ello, las uñas las cortaremos en forma recta, evitando excesivamente el redondeo.
Cómo actuar en caso de ampolla
La actuación variará en función de si aparece antes de una marcha o si se produce durante o después de ella. Pero en todos los casos es importante recordar que jamás cortaremos la piel de la ampolla, ya que nos protegerá de posibles infecciones.
Si aparece los días previos a la caminata la actuación será aplicar povidona yodada (Topionic® o Betadine® son las marcas más conocidas) en la zona de la ampolla mínimo dos a tres veces al día. La ampolla debe el máximo tiempo posible. Incluso puede secarse la povidona yodada con un secador de pelo.
Si aparece el día de la marcha intentaremos aplicar apósitos hidrocoloides (Épitac® o Compeed® como marcas más conocidas), si la humedad lo permite, en la zona de la ampolla calentando el apósito lo máximo posible con las manos. Antes de aplicarlo podemos rociar la zona con Nobecutan® o laca de pelo para que el apósito se adhiera mejor y no se despegue. Después de aplicarlo podemos taparlo con esparadrapo para una mayor sujeción. Hay que dejarlo hasta que se despegue solo. Si la marcha dura más de un día podemos pincharla ampolla para extraer el líquido y aplicar en su interior y por la zona povidona yodada siguiendo anteriormente. Para seguir la marcha colocaremos un apósito hidrocoloide repitiendo el proceso anteriormente comentado. Si al acabar el día el apósito se despega, debemos empezar de nuevo. Si la ampolla aparece de nuevo o persiste después de la caminata, seguiremos aplicando povidona yodada y acudiremos al especialista. Si con todo las ampollas persisten siempre en la misma zona, es imprescindible descubrir qué causa la presión y, por lo tanto, su aparición. Un podólogo deportivo nos ayudará a descubrir mediante un exhaustivo estudio biomecánico por qué siempre aparece aquella ampolla inoportuna en la misma zona del pie.

Casos especiales

Ampollas en las uñas
La actuación será la siguiente: se vaciará el interior de la ampolla agujereando la uña para la descompresión de la zona. Esta actuación sólo debe realizarse durante las 72 horas posteriores a la aparición de la ampolla. En caso contrario, acudiremos lo antes posible al especialista.

Ampollas sanguinolentas
Cuidado, peligro de infección! Llegados a este punto se acaba la marcha y acudiremos directamente al especialista para que haga una valoración. No se debe pinchar ni tocar la ampolla hasta que la vea el especialista.

18/12/2011

Olentzero

    Olentzero, tiene relación directa con el fuego.  
Del fuego y de su utilización han venido varias interpretaciones y tradiciones, por ejemplo: se le representa como a un carbonero que baja por la chimenea y que fuma en pipa. En los tres casos el fuego es el elemento clave. El fuego es quien renueva lo viejo, limpia lo malo. Es fuego la expresión de la fuerza renovada. 
 
    En los pueblos de Euskal Herria se representa como personaje el solsticio de invierno, y este personaje llega el día 24 de diciembre: es Olentzero.
   Nuestro Olentzero es en algunos pueblos pastor, campesino en otros, carbonero según otros muchos. Algunos dicen que es el último gentil, o que viene a anunciar el nacimiento de un mesias; también se ha dicho que tiene un ojo más que los dias del año, el hombre de los 366 ojos.

En los bosques de nuestro país, hay muchos tipos diferentes de criaturas que la gente no puede ver. Todas ellas son parte de la naturaleza, y la gente ha escrito muchas historias y fábulas acerca de ellas. Cuando caminamos a través de nuestras montañas y nuestros valles, desde un rincón maravilloso de la imaginación ellas nos mantienen acompañados y nos cuidan.
 Esta es la historia de uno de aquellos seres, la historia del Olentzero, un hombre humilde que con su amor entra al corazón de todas las criaturas, reales e imaginarias.
Hubo una vez, hace muchos muchos años, en los profundos bosques del País Vasco, un hada muy hermosa viviendo allí. Su cabellera era amarilla como el sol y sus ojos eran muy brillantes. Como todas las hadas, ella cuidaba de la gente y siempre estaba acompañada por algunas criaturas pequeñas y divertidas, como los duendes, llamados Prakagorri, o "pantalones rojos", que la ayudaban en su trabajo.
Un día, cuando ella iba viajando a través de las montañas, se detuvo para peinar sus cabellos junto a una fuente. De repente, los Prakagorris le anunciaron que algo se estaba moviendo entre los helechos. El hada continuó peinando y peinando sus rizados cabellos y no se dió cuenta de nada hasta que los Prakagorris gritaron llamando su atención. "Es un bebé humano" dijo el más viejo de los duendes. "¿Por qué lo dejaron aquí?" dijeron todos los Prakagorris a coro. "Yo no sé" dijo el hada, "es difícil de comprender como los humanos pueden ser tan desalmados algunas veces."
"Desde ahora," le dijo el hada al bebé, "tu nombre será Olentzero, porque es una cosa maravillosa haberte encontrado. Y por este acto te daré los regalos de Fuerza, Coraje y Amor, por todo el tiempo que tú vivas." Entonces el hada tomó al bebé y lo llevó a una vieja casa en el límite del bosque donde vivían un hombre y su mujer que no tenían niños.
Cantandole al Olentzero."Ellos estarán muy, muy felices de recibir este chico y lo cuidarán muy bien, lo sé" dijo el hada, y ella dejó al niño allí en frente de la puerta. Muy temprano en la mañana, cuando el sol comenzaba a levantarse, el hombre salió de la casa para ordeñar a las vacas. Se sorprendió mucho al ver al bebé, y llamó a su esposa: "¡Mi amor, ven aquí rápidamente! ¡Ven a ver lo que he encontrado!" Tal como el hada lo había predicho, el hombre y la mujer fueron muy, muy felices al encontrar a este chico. "Qué afortunados hemos sido!", dijo la mujer. E inmediatamente cubrieron al niño con una cálida frazada y le dieron algo de comida, y lo tomaron como su hijo.
Y así fue como Olentzero llegó a crecer en aquellas maravillosas montañas, hasta que se convirtió en un fuerte, saludable y amable hombre. Sus padres fueron muy felices y Olentzero no estaba en absoluto preocupado por la extraña forma en la cual sus padres
llegaron a encontrarlo.

Olentzero trabajaba todos los días de la mañana a la noche, haciendo carbón y ayudando a su anciano padre. Después de muchos años, la anciana pareja quienes habían sido los amorosos padres de Olentzero finalmente murieron y Olentzero se quedó muy solo en la casa en el bosque.
Los años vinieron y se fueron y su cara comenzó a arrugarse y su cabello comenzó a ponerse blanco.
El vivir solo lo volvió triste y se dió cuenta de que lo que necesitaba hacer era ayudar a otras personas que lo necesitaban. Recordó que en el pueblo había una casa en la cual vivían algunos niños que no tenían padres. Vivían de cualquier cosa que la gente del pueblo les llevara, y Oletzero se dió cuenta de que esos niños eran muy solitarios, justo como él, y de que él podría hacer cosas para ellos de modo que fueran felices.
Construccion para hacer carbon.Olentzero era muy inteligente y muy bueno haciendo cosas con sus manos, de manera que hizo algunos juguetes de madera para aquellos niños: pequeños juguetes y muñecas, que el podría llevar a los niños cuando fuera al pueblo a vender su carbón.
Cuando él terminó las muñecas y muñecos, los puso en una gran bolsa, puso la bolsa sobre su burro, y marchó hacia el pueblo. Olentzero se sintió muy feliz por dentro aquel día, y sus ojos refulgieron con mucha brillantez.
Le tomó toda la mañana caminar a través de las montañas hasta llegar al pueblo, pero estaba muy feliz. Sonreía como si estuviera en un sueño, porque iba a llevar a los niños los juguetes que él había hecho.
Los niños pequeños del pueblo estuvieron muy felices también cuando recibieron sus regalos, y Olentzero se pasó la tarde jugando con ellos y contándoles las historias que había aprendido de su padre cuando él era pequeño. Los niños y niñas amaron mucho a Olentzero y después de aquel día no se sintieron tan solos como antes. Olentzero se volvió muy conocido en aquel pueblo. Cada vez que él se acercaba, rápidamente era rodeado por los niños.
Esto sucedió por muchos hermosos y felices años, pero una vez hubo una terrible tormenta en el pueblo y en las montañas de la periferia, la cual destruyó muchas cosas. Los fríos, fuertes vientos y el sonido de los truenos dejaron a la gente muy asustada y trastornada, especialmente a los niños.
Un día, cuando Olentzero estaba yendo al pueblo, vió un rayo alcanzando a una casa. Corrió muy rápido hacia la casa y vió algunos chicos en una de las ventanas, muy asustados, gritando y pidiendo ayuda. Llegó hasta la casa, que estaba en llamas, cubrió a los niños con una manta para protegerlos del fuego, y los sacó de la casa a través de una ventana.
Pero mientras él estaba tratando de salir, una viga de madera vieja y grande del cielo raso cayó sobre él. Olentzero cayó con gran dolor, y su fuerte y hermoso corazón se detuvo. Las personas en el pueblo lloraron cuando vieron la casa en llamas, y supieron lo que había ocurrido, y se dieron cuenta de que no había nada que ellos pudieran hacer.
Pero en ese mismo momento fueron sorprendidos por una brillante luz que salía de la casa en llamas. Nadie podía ver lo que estaba ocurriendo adentro. Pero dentro de la casa, el hada que había encontrado a Olentzero en las montañas, cuando él era un bebé muchos años atrás, apareció junto a Olentzero y comenzó a llamarlo por su nombre con su dulce voz: "¡Olentzero! ¡Olentzero!"·
Ella dijo: "Olentzero, tú has sido un buen hombre, lleno de fe y de buen corazón. Has dedicado tu vida a hacer cosas para los demás, y has dado hasta tu propia vida para salvar a otras personas. Por lo tanto no quiero que te mueras. Yo quiero que vivas para siempre. De ahora en adelante tú harás juguetes y otros regalos para los niños de este pueblo y de todos los rincones de Euskal Herria."
"¡Y nosotros te ayudaremos!" dijeron todos los Prakagorris, volando alrededor de Olentzero.
Y así fue como vino a pasar que, en la mitad de cada invierno, al final de cada año, Olentzero va a todos los pueblos de Euskal Herria repartiendo juguetes y regalos a los niños. Los niños de todos los pueblos celebran la llegada de Olentzero cantando canciones y esparciendo su mensaje de amor, fuerza y coraje. Algunas personas no creen que Olentzero realmente exista. Pero entre los vascos hay un viejo dicho:
"todas las cosas que tienen un nombre existen, si nosotros creemos que existen".

Al pie, octavilla repartida durante la primera representación tras la dictadura franquista, del Olentzero en Viana en el año 1978


Carta a Olentzero y los Reyes Magos

22/11/2011

Insumisos, la batalla por un ideal

Coincidiendo con la dimisión de Jorge Urdanoz, aprovechamos para reproducir un articulo suyo del año 2.009.

Cuestionaron en la España de los años setenta el servicio militar obligatorio con propuestas no violentas. Su recuerdo es oportuno en un país con tantos adolescentes sin ideales y tantos políticos sin generosidad.



De quién se dice aquello de "no sabían que era imposible y lo han conseguido"? Porque si alguien se merece la cita, ésos son los insumisos que en su día vencieron al ejército. Un ejército, el heredado de la dictadura, que no tenía entre los españoles la mejor de las reputaciones, estigmatizado como estaba por haber sido uno de los puntales de la represión franquista. El movimiento antimilitarista le plantó cara pronto y, casi inconcebiblemente, terminó ganando una batalla que sólo cabía dar por perdida. Los insumisos lograron acabar con la mili obligatoria y forzaron a la institución militar a replantear toda su estrategia de fondo. Fue, por muchos motivos, un acontecimiento singular, y merece la pena recordarlo.
Aunque parezca ciencia-ficción, cientos de jóvenes iban a la cárcel en defensa de sus valores.
La cita de Gandhi se repetía por doquier: "No hay un camino a la paz, la paz es el camino".
No es fácil acotar los orígenes del proceso. La fundación oficial del Movimiento de Objeción de Conciencia -el MOC, el colectivo que gozó de un mayor protagonismo durante los años de la insumi-sión- data de 1977, pero hay acuerdo en considerar que tal fecha supuso tan sólo un bautizo más o menos formal a un impulso que tenía ya algunos años. En 1971, con el dictador todavía atado y bien atado a los resortes del poder, Pepe Beunza, el padre del antimilitarismo español, se convirtió en el primer insumiso no religioso al ejército obligatorio (los Testigos de Jehová se habían negado a alistarse desde siempre). Lo arrastraron por 10 prisiones durante casi tres años, pero con el tiempo pudo ver cómo la incorporación a filas dejaba de ser obligatoria. Hoy en día sigue siendo un referente para el movimiento por la paz en nuestro país.
El antimilitarismo bebió de la rebeldía de Mayo del 68, del pacifismo cristiano de los movimientos de base y de los procesos de desobediencia civil inaugurados por Thoreau, Gandhi y Luther King. Hubo también, es cierto, una insumisión específicamente nacionalista. No al ejército, sino a España. No antimilitarista, sino militarista a la contra. Pero de ésa no hablaremos aquí, pues no es sino el mismo belicismo con distintas insignias. La insumisión de la que nos ocuparemos aquí es aquella que ofrecía razones y ejemplos contra una organización social estúpida, injusta y ciega, no contra los particulares colores de la bandera que la arropaba.
Aunque hoy parezca ciencia-ficción, los jóvenes de entonces iban a la cárcel dos años, cuatro meses y un día por un ideal. Podían optar por hacer la prestación social sustitutoria durante un año, por supuesto, pero eso era hacerle el juego al sistema militarista y permitir, por tanto, su perpetuación. Así que decían adiós a sus familias, a sus estudios o a sus trabajos... y se entregaban. Seguían las enseñanzas de la desobediencia civil: jamás acatar lo injusto, pero nunca responder con la violencia. Y asumían además el castigo legalmente establecido. Porque, como Gandhi y King habían enseñado, sólo así puede la sociedad vislumbrar las injusticias y percibirlas como tales, y sólo así será posible el cambio. Por eso centenares de jóvenes que no sólo no habían hecho absolutamente nada, sino que eran en muchos sentidos los mejores de entre nosotros, acababan en prisión. Y, extramuros, la sociedad empezó a plantearse cosas.
Es difícil, sospecho, que un adolescente de hoy conciba algo semejante. No hay fuerza de convicción más poderosa que la sinceridad y el ejemplo, pero ya no abundan. Yo no viví la transición, pero intuyo que entonces los ideales democráticos eran eso, ideales, y no la palabrería hueca y pomposa en la que se han convertido ahora. Entonces un partido como el PSOE podía ceder a otro grupo político uno de sus dos asientos de los siete que formaban la comisión que habría de redactar la Constitución (¡la Constitución!), sólo porque creía que era justo que así fuera, aunque nada le obligara legalmente a ello.
¿Podemos imaginar algo parecido ahora, cuando nadie le hace ascos ni al menor tránsfuga de pueblo? Para bien y para mal, con la democracia llegó también el desencanto. La política dejó de ser aquello de conseguir el poder para poner en práctica los ideales e, imperceptiblemente, se convirtió en el manejo de los ideales para conseguir el poder.
Los insumisos fueron probablemente los últimos grandes idealistas que dieron la batalla en la arena específicamente política y estatal. Tras ellos, las ansias de transformación buscaron otros cauces. A la desnuda autenticidad de su idealismo, que a nada conduce por sí sola, sumaban unas razones de fondo que era difícil rebatir. La mili obligatoria se había convertido en un ritual vacío de todo contenido. Era un semillero de suicidios, de frustración, un sinsentido amargo. Y el pacifismo dibujaba un horizonte de posibilidades cargadas de esperanza. La cita de Gandhi se repetía por doquier: "No hay un camino a la paz, la paz es el camino". A Thoreau, encarcelado por negarse a pagar unos impuestos que apuntalaban la esclavitud, su mejor amigo le preguntó: "¿Cómo es posible que estés en la cárcel". A lo que él simplemente contestó: "¿Cómo lo es que no estés tú?". Era la anécdota definitiva.
No se trataba sólo de ser justos en la lucha, se trataba de luchar por algo que era eminentemente justo. La abolición de los ejércitos, la concordia universal, la educación por la paz, el desarme... todo era posible y todo había que intentarlo.
De alguna manera, el movimiento murió de éxito. Con la mili obligatoria se extinguió también el móvil aglutinante fundamental. Los insumisos fueron olvidados. Hoy están entre nosotros: pueden ser el carnicero, el bibliotecario o el conductor del autobús, pero lo ignoramos. No recibieron jamás ni una medalla, ni una condecoración, ni un reconocimiento, nada. Gracias a ellos, miles y miles de conciudadanos no desperdiciamos nueve meses de nuestras vidas, pero nadie les ha dicho nunca algo parecido a "gracias". Ni Pepe Beunza, ni el MOC, ni nada ni nadie han sido candidatos a reconocimiento institucional alguno. Ni una nota a pie de página, sólo silencio. Con todo, el movimiento antimilitarista sigue activo, por supuesto. Tecleen en Google "objeción fiscal"... razones y motivos, por desgracia, no faltan.
¿Y el ejército? La experiencia le hizo aprender muchísimo. Inició una campaña de desinformación digna de Orwell: basta decir que la idea-fuerza es la paz. "Misiones de paz", "ejército humanitario", etcétera. Todo muy bonito y todo mentira: la cruda verdad es que tan sólo el 1% de su presupuesto se dedica a ese tipo de misiones internacionales.
Y se trata siempre de misiones en las que España tiene algún interés político obvio. Y abundan las denuncias de brutalidad, de ineficacia o de cosas peores. Y, si de ayudar se trata, las ONG lo hacen mejor y salen más baratas. Siete veces más baratas, exactamente. Y más allá de eso, ¿qué clase de empresa anuncia tan sólo el 1% de su actividad? La maniobra es tan exitosa que incluso se les ha permitido sacar a niños de las escuelas para llevarlos de excursión a los cuarteles. ¿Educación para la paz? No: el mundo al revés.
Si el movimiento antimilitarista no fue más allá a pesar de todo el potencial que encierra se debió probablemente a una carencia de diagnóstico, de visión global. Una lacra que caracteriza nuestra época: nadie sabe hoy en qué creer. Pero ¿por qué los barrios ricos necesitan muros, cámaras y seguridad privada, y por tanto han de invertir en ello buena parte de su presupuesto? Porque si son ricos es que hay otros que son pobres.
Pongan "países" donde digo "barrios" y "ejércitos" donde digo "seguridad privada" y tendrán una fotografía bastante aproximada del concierto mundial de las naciones. Un concierto difícil de cambiar, si no imposible. Aunque quizás, en alguna parte, alguien no lo sepa y haya empezado ya a intentar lo inaudito. Nunca se sabe cuándo prende la chispa de lo imposible.
Jorge Urdánoz Ganuza, doctor en filosofía, es visiting scholar en la Universidad de Nueva York.

18/11/2011

Ruta de vino y pescado (Álava y Bizkaia). Senda del dinero


Sabemos tanto de Euskadi y tenemos tantas cosas en la retina como el contraste de sus verdes praderas, sus pinares meciendo caseríos, su costa recortada sobre el infinito azul y sus playas de arena clara que es muy difícil a estas alturas asombrarse de nada. El GR-38 que une Oion, en la Rioja Alavesa, con Bermeo, en Bizkaia, ofrece, sin embargo, en su recorrido mucho de lo que no sabemos de este país. Es una caja de sorpresas, a cada cual más asombrosa, un paseo por los valles, las quebradas, los ríos, los montes, los desfiladeros, los bosques, las aldeas perdidas de la Euskadi interior.
Se rompen muchos mitos al disfrutar de un paisaje mediterráneo y vasco en La Rioja, de unos ‘minipirineos’ en la Sierra Cantabria, de un ‘pequeño Cares’ en Oquina, de una ‘minicapadocia’ en Laño, una reproducción del Lago Ness en los embalses de Urrunaga y Ullibarri, unos Picos de Europa a escala pequeña en Urkiola, y un final de mar bravío, puertos, arenales y reserva de la Biosfera en Urdaibai. Si en el futuro inmediato declaran parque natural a los Montes de Vitoria, pasaremos además por algunas de nuestras reservas de biodiversidad más cruciales. Sin recorrer entera la comunidad podremos conocer de primera mano mucho de la enorme riqueza paisajística, florística y de hábitats de interés faunístico que conserva el país.
Durante siglos el único paisaje bello ha sido lo verde. Pero hoy sabemos que detrás de un cerro pelado, una encina, un secarral o un campo de avena hay vida, una expresión diferente de la belleza de la naturaleza y mil razones para agradecer que el paisaje no sea igual. Ese cambio de texturas y tonos en cada loma que subamos es uno de los grandes secretos de esta ruta. Pongo un ejemplo de la vegetación que se disfrutará: viñedo, olivar, almendros, coscojas, coronillas de fraile, efedras, pino carrasco, romero, tomillo, esparto, quejigos, hayas, carrascas, marojos, boj, alamos, alisos, robles, fresnos, olmos, enebros, abedules , cipreses o avellanos.
Caminos medievales
Existe abundante documentación, especialmente desde la Edad Media, de la floreciente relación comercial entre los puertos vascos del Cantábrico y las ricas riberas del Ebro o la feraz Llanada alavesa a través de los viejos caminos medievales, ahora reconvertidos en el GR-38. Vitoria era el centro de aquella actividad económica y social que beneficiaba a unos y otros. Aquellas sendas acabaron construyendo conciencia de país, mediante la transmisión de noticias e ideas y forjando la propia personalidad vasca poniendo en contacto a gentes de diferentes culturas y paisajes.
Las disputas entre mulateros, trajineros, arrieros, comerciantes, peregrinos y vecinos de los diferentes pueblos por donde pasaba la ruta, Legutiano, Durango o Ullíbarri-Gamboa se recogen en los acuerdos de las Juntas Generales de Álava. Lo mismo que las órdenes para reparar trazados y construir puentes sobre los ríos o la abundancia de ventas, mesones, cruces y humilladeros.
Los franceses, inventores de tantos pequeños placeres de la vida, también pusieron nombre –randonniers– , simbología propia y normas al simple hecho de andar. Eso fue hace ya más de sesenta años. Crearon los GR para frenar las prisas, senderos para andar, bien marcados para no perderse y aprovechando las viejas rutas comerciales y culturales, a las que ahora se ha incorporado el valor de la naturaleza.
Desde la puesta en marcha de esta ruta del GR-38, hace ya 16 años se ha ayudado a mejorar y conservar el entorno natural que atraviesa y su patrimonio histórico. Es una de las virtudes del senderismo, que saca del sumidero de la historia caminos perdidos, cañadas, calzadas o carretiles empedrados que de otra manera se irían cerrando con la falta de uso.
Comercio
Los 166 kilómetros que separan los viñedos de Oyón del puerto de Bermeo atraviesan el País Vasco de Sur a Norte surcando una diversidad de paisajes muy difíciles de encontrar. Recorremos el mismo suelo que pisaron las carretas y mulas y cargadas de pescado fresco o en salazón desde los puertos cantábricos .Y en su viaje de vuelta cargaban con sus carruajes de trigo, sal, vinagre y vino. También hay referencias a la lana, el aceite, el hierro vizcaíno o al comercio de lujo.
Existe actualmente en la página web de Senderimos Euskadi un completísima información sobre las 7 etapas oficiales y las tres variantes en las que se divide el itinerario, los lugares de interés y la descripción de la ruta. Todo ello acompañado de documentación gráfica y planos. Tanto a la hora del diseño del trazado como de los nombres se ha optado por el interés paisajístico y se ha evitado finalmente pasar por Vitoria.
El camino puede empezar por Bermeo o por Oyón, indistintamente. Aunque fue la Federación de Montaña Alavesa la que más empujó para preparar este camino, fue revisado y mejorado entre 2007 y 2008 gracias a la fundación Naturgintza en colaboración con otras instituciones.
La primera etapa de este Gran Sendero permite conocer los extensos viñedos y la todavía existente flora mediterránea que caracterizan a la Rioja Alavesa desde Oyón y Laguardia (8,5 km.). En Lagrán, el centro interpretativo de La Traviesa ofrece toda la base documental que ayuda a entender la ruta. La última etapa atraviesa la espectacular reserva de la Biosfera de Urdaibai para terminar en la villa marina de Bermeo. Dos paisajes sorprendentes y completamente diferentes que hablan de un país diverso y rico, de lugares que solo se pueden entender si se andan, si se respiran, si se huelen, a la velocidad de los pies del hombre. A ese ritmo se puede explorar el entorno y oír el interior de cada uno. Sin prisas, como se debe ir por la vida.

29/10/2011

MODO DE ACTUAR FRENTE A UN ACCIDENTE de MONTAÑA

- Prestar los primeros auxilios al accidentado. Para ello y siempre teniendo en cuenta el estado del mismo debemos de realizar lo que se denominan las "5 R" :
REPOSAR
REHIDRATAR
REALIMENTAR
RECALENTAR
RECONFORTAR
- Dar aviso a los Grupos de Rescate con todos los datos posibles. Generalmente el que recibirá el aviso no es un miembro del equipo que realizará el rescate, por lo que es importante facilitar el medio de localización (si se llama por teléfono, el número del mismo), al objeto de que una vez puestos en contacto con éstos se pueda recabar la información necesaria. Una vez realizada la llamada procura mantener libre la línea por si es necesario llamarte para recabar más datos

- En caso de que sea necesaria la utilización del helicóptero señalizar la zona y limpiarla de cosas que puedan salir volando y engancharse al rotor
- Los pasos de actuación se resumen en tres :
Proteger al accidentado
Aviso al grupo de rescate
Socorrer

Respecto a la protección del accidentado debemos trasladarlo a un lugar resguardado del viento, pero siempre teniendo en cuenta todas las normas elementales de los primeros auxilios, ya que en ciertas ocasiones ésto no será posible. Hay que tener en cuenta que aunque sea un día cálido el herido experimentará una pérdida de calor importante.
Respecto al contenido de la información que debemos dar en nuestro aviso de accidente, éste se reduce a lo siguiente:
- ¿Qué es lo que ha ocurrido?
- ¿Cómo ha ocurrido?
- ¿Cuando ha tenido lugar el suceso? A veces es importante saber el tiempo transcurrido desde que se ha producido el accidente hasta que se ha dado la alarma.
- ¿En qué estado se encuentra el herido? Comunicar si en algún momento ha perdido la consciencia y si se valora que puede tener alguna lesión interna.
- ¿Dónde se encuentra el herido? Dar una localización lo más exacta posible y en caso de no conocer bien el terreno esperar al equipo de rescate en un lugar conocido por ambos o en un lugar donde nos encontremos bien visibles dentro de una zona determinada para que se nos vea desde lejos al hacer señales.
- Comunicar cuántas personas están disponibles para ayudar al equipo de rescate.
- Estado meteorológico de la zona. Por si fuera necesario el uso del helicóptero (viento y visibilidad).
- Material de que se dispone en la zona. Es un dato importante pues se nos ha dado el caso de no tener comunicación posterior con el que ha dado el aviso y aparecer en la zona con varios kilos de material de socorro después de varias horas de marcha y no ser necesaria nada más que una camilla y una férula de inmovilización.

Ante todo debemos de tener en cuenta la PACIENCIA. Para los compañeros del herido el tiempo pasa muy lentamente, sin embargo para los socorristas los minutos corren rápido.

Una web (no oficial) interesante sobre los equipos de rescate de la G.C. : http://www.greim.es

23/09/2011

La moda ecológica

En la fila del  supermercado, el cajero le dijo a una señora mayor que debería traer su propia bolsa de compras ya que las bolsas de plástico no eran buenas para el medio ambiente.

La señora pidió disculpas y explicó:
-        Es que no había esta moda verde en mis tiempos."


El empleado le contestó:
-        Ese es nuestro problema ahora. Su generación no tuvo suficiente cuidado para preservar nuestro medio ambiente."


Tenía razón:

-        Nuestra generación no tenía esa moda ecologista  en esos tiempos.


En aquel entonces, las botellas de leche, las botellas de gaseosas y las de cerveza se devolvían a la tienda. La tienda las enviaba de nuevo a la planta para ser lavadas y esterilizadas antes de llenarlas de nuevo, de manera que podían usas las mismas botellas una y otra vez. Así, realmente las reciclaban.


Pero no teníamos moda verde en nuestros tiempos.


Subíamos las escaleras, porque no había escaleras mecánicas en cada comercio y oficina. Caminábamos al trabajo en lugar de montar en nuestro vehículo de 300 caballos cada vez que necesitábamos recorrer dos manzanas.


Pero tenía razón. No teníamos la moda verde en nuestros días.


Por entonces, lavábamos los pañales de los bebés porque no había desechables. Secábamos la ropa en tendederos, no en esas máquinas consumidoras de energía sacudiéndose a 220 voltios -la energía solar y eólica secaban verdaderamente nuestra ropa. Los chicos usaban la ropa de sus hermanos mayores, no siempre modelitos nuevos. Pero esa señora está en lo cierto: no teníamos una moda verde en nuestros días.


En ese entonces teníamos una televisión, o radio, en la casa -no un televisor en cada habitación. Y la TV tenía una pantallita del tamaño de un pañuelo (¿se acuerdan?), no una pantallota del tamaño de un estadio.

En la cocina, molíamos y batíamos a mano, porque no había máquinas eléctricas que lo hiciesen todo por nosotros.
Cuando empaquetábamos algo frágil para enviarlo por correo, usábamos periódicos arrugados para protegerlo, no porexpán o film de bolitas plásticas.
En esos tiempos no encendíamos un motor y quemábamos gasolina sólo para cortar el césped. Usábamos una podadora que funcionaba a músculo. Hacíamos ejercicio trabajando, así que no necesitábamos ir a un gimnasio para correr sobre pistas mecánicas que funcionan con electricidad.


Pero ella está en lo cierto: no había en esos tiempos una moda verde.

Bebíamos de una fuente cuando teníamos sed, en lugar de usar vasitos o botellas plásticos cada vez que teníamos que tomar agua.


Cambiábamos las hojas de afeitar en vez de echar a la basura toda la afeitadora sólo porque la hoja perdió su filo.


Pero no teníamos una moda verde por entonces.


En aquellos tiempos, la gente tomaba el tranvía o un autobús y los chicos iban en sus bicicletas a la escuela o caminaban, en lugar de usar a la mamá como un servicio de taxi de 24 horas.


Teníamos un enchufe en cada habitación, no un banco de enchufes para alimentar una docena de artefactos. Y no necesitábamos un aparato electrónico para recibir señales de satélites a kilómetros de distancia en el espacio para encontrar la pizzería más próxima.


Así que ¿no les parece lamentable que la actual generación esté lamentándose cuán botarates éramos los viejos por no tener esta moda verde en nuestros tiempos?



23/08/2011

Peña Montañesa por la Faixa Toro

Nos decidimos por la Peña Montañesa, un bonito dosmil al sur de la divisoria, cercano a Aínsa y gran mirador de la Comarca del Sobrarbe.

Desde Aínsa nos dirigimos al Este por la Nacional que se dirige a Campo. Nada más pasar el desvío a Arro tomamos la carretera que sale a la izda y que sube al norte con la indicación del Monasterio de San Victorian. Pasamos por el pueblo de Oncins y continuamos por la carretera, que sigue ya horizontal, al Este.
Aproximadamente 1 Km antes del Monasterio se encuentra la Ermita de la Virgen del Pilar y un centenar de metros antes vemos a la izda de la carretera un cartel indicador en rojo (Prames) donde se ve cómo parte la senda de la vía normal a la Peña Montañesa. Aparcaremos unos metros más adelante del inicio de la senda, en un saliente a la derecha donde pueden caber hasta 3 coches.



Descripción de la ruta y fotos en:

http://lameteoqueviene.blogspot.com/2011/08/pena-montanesa-por-la-faixa-toro-27.html

02/07/2011

Detención de un insumiso en Huesca en mayo de 2011

CONTENIDO INTEGRO DE LA RUEDA DE PRENSA TRAS LA DETENCIÓN DE UN INSUMISO EN HUESCA EN MAYO DE 2011

10-06-2011 DONOSTIA/SAN SEBASTIAN

Tres personas que fueron miembros de la Koordinadora Antimilitarista Kakitzat de Gipuzkoa en los 80/90 han denunciado mediante Rueda de Prensa la reciente detención el 28 de mayo de 2011 de un insumiso vasco en Huesca.

Como miembros en su momento del movimiento antimilitarista queremos denunciar este hecho, que constituye el segundo caso que sucede en esa zona: el 1 de abril de 2010 otro insumiso que participó en la campaña de Insumisión en los Cuarteles fue detenido en una situación similar.

La detención de mayo de 2011 tuvo lugar hace quince días en un hostal de la localidad de Aisa (Huesca): el insumiso se encontraba alojado junto con su mujer y su hijo cuando, a las dos de la madrugada, tocaron a la puerta de su habitación dos guardias civiles que lo detuvieron sin explicarle el motivo del arresto: fue conducido a la comisaría de Jaca, donde pasó doce horas en un calabozo hasta que tras las protestas de los familiares el juez de guardia de la citada localidad lo dejó en libertad al no encontrar motivo alguno para su detención.

La orden de detención fue emitida en Ceuta en 1997, pero fue en 1991 cuando el insumiso no se incorporó al Servicio Militar en esa localidad, y el juicio por esa causa se celebró en la Audiencia de Donostia en 1996, donde fue condenado a un año de cárcel, que no tuvo que cumplir. Creemos que es denunciable el hecho de que 10 años después, todavía circulen por cuarteles y comisarías ordenes de “búsqueda y captura”, cuando ya han sido cerradas las causas por las que fueron juzgados y condenados: la insumisión dejó de ser delito en el Código Penal en 2001, pero esta detención evidencia que todavía las personas que se negaron a acudir al Servicio Militar Obligatorio o a cumplir con la Prestación Sustitutoria pueden tener problemas legales que pueden conducir a una detención. Cientos de personas podrían encontrase en la misma situación.

Creemos necesario informar a esas personas que  participaron en la campaña de insumisión, para que si lo consideran necesario se muevan para solicitar la anulación de los antecedentes penales y las órdenes de “busca y captura”, pero sobre todo exigimos a las instituciones políticas, judiciales, policiales y militares que revisen los procedimientos pendientes para evitar que estos casos se repitan. Esto es, la carga de responsabilidad para evitar estos hechos no reside sobre los insumisos, sino sobre las instituciones que deben evitar situaciones injustas y desagradables como la de las personas detenidas recientemente. Muchas antimilitaristas se reafirman hoy en día de mil maneras en su desobediencia a los ejércitos: acciones directas en instalaciones militares (por ejemplo la inspección ciudadana de la base de la OTAN de Bétera en Valencia, o las acciones en el Gobierno Militar de Bilbao), marchas contra los polígonos de tiro como las Bardenas, denuncia de las fábricas implicadas en suministrar armas tanto a Libia como a la OTAN, criticando el gasto militar mediante objeción fiscal …. Las y los antimilitaristas han asumido siempre las consecuencias de sus actos, pero actualmente no es justo que los insumisos puedan sufrir las consecuencias de los errores de las Instituciones.

La mayoría de la sociedad nunca consideró delito la insumisión, y no dejaremos que vuelva a judicializarse una cuestión que tiene que ver con la libertad de conciencia y la demanda de desmilitarización social.

No deja de ser curioso que 10 años después de dejar en suspenso la mili, algunos de los protagonistas de acabar con aquel anacronismo histórico, que junto con otros miles de hombres, mujeres y movimientos sociales impulsaron la campaña de insumisión, sigan padeciendo las consecuencias de su actitud. Y queremos dejar claro una cosa: qué si hoy no existe el SMO, no fue por una gracia de los gobiernos de turno, sino por la lucha que impulsó el movimiento antimilitarista mediante la objeción en los 70/80 y la insumisión en los 90, plantando frente a los gobiernos de turno y a la institución militar.

Ante las celebraciones hipócritas del fin de la ”Mili”, queremos recordar también a los jóvenes que murieron cumpliendo el Servicio Militar, víctimas de accidentes, malos tratos, abusos de sus superiores, suicidios… y a los que sufrieron humillaciones, tanto de mandos militares como de “compañeros” de quinta.

LA “MILI” NO SE ABOLIÓ, ESTA EN SUSPENSO

Es lógico pensar, que no iba a ser el Estado, el que reconociese que tuvo que ceder ante una presión que nunca supo manejar. La versión oficial insiste machaconamente en que la reforma de las FAS fue producto del nuevo papel que el Estado Español empezaba a jugar, por aquel entonces, en el escenario internacional, lo cual exigía unas FAS volcadas hacia la intervención exterior. Y ello requería de un ejército moderno, tecnológicamente desarrollado, etc.. En una palabra, “profesional”. En ese esquema la “Mili” era un obstáculo para avanzar hacia ese modelo.

Y algo de verdad existe en ese planteamiento. Pero aún reconociendo, sólo es una parte, parcial e interesada de la historia, que intenta además minimizar el peso de la contestación social.

Entre un sin fin de argumentos antimilitaristas, podríamos destacar que bastantes países europeos asumieron ese “rol” sin variar su sistema mixto, esto es, manteniendo la conscripción y organizando cuerpos “especiales” para esas funciones, como de hecho lo estaba haciendo el gobierno español. Por otro, el fin de la “Mili” llegó muy a pesar de la especial idiosincrasia del ejército español: viniendo de donde venía, para el cual la “formación” de la juventud en los valores castrenses y patrióticos mediante la “Mili” era una seña de identidad y una función “vital”, a la que buena parte del estamento no estaba dispuesta a renunciar.

Fue, y a estas alturas todavía hay que decirlo alto y claro, la presión social impulsada por la campaña de insumisión la que obligó a un cambio de modelo, y en definitiva libró a la juventud de esta obligación militar.

Curiosamente al cumplirse diez años del decreto que adelantaba la “suspensión”, ve la luz un real decreto (el 383/2011), el Reglamento de Reservistas de las FAS, que mantiene la posibilidad de reinstaurar el SMO si las necesidades de Defensa así lo requirieran. Dicho servicio sería obligatorio para hombres y mujeres de entre 19 y 25 años (según necesidades), y aunque reconocería la objeción de conciencia, el ministerio de defensa obligaría a incorporarse a estos, a organismos dependientes del mismo que no requirieran el uso de armas de fuego, pero englobados en la estrategia de Defensa. En su caso, sería el gobierno mediante Real Decreto y previa autorización del Congreso el que establecería el cupo, las condiciones y el tiempo de duración de este nuevo SMO.

Todo un paso... atrás

Es evidente que no parece que en el panorama inmediato se pueda producir una situación de este tipo, pero no podemos menos que alertar de su existencia de cara al futuro, y creemos necesario luchar contra esta nueva forma de militarización social.

TRAS 10 AÑOS DELFIN DE LA “MILI”,: NI OBLIGATORIO NI PROFESIONAL, ABOLICIÓN D ELOS EJERCITOS Y DESMILITARIZACION SOCIAL.

Las recientes detenciones de insumisos son una pequeña muestra de militarización social, pero las verdaderas víctimas de esa lacra son las miles de personas involucradas en las guerras, y es necesario movilizarse contra los que la utilizan la vía militar para imponer sus intereses, incluyendo a los que lo hacen bajo el disfraz de las “intervenciones humanitarias”.

Denunciamos a la industria armamentística y al gasto militar, mucho más hiriente hoy en día cuando se recortan derechos sociales. La “Mili” sólo fue una parte de la militarización, y animamos a la ciudadanía a participar en todas las campañas antimilitaristas. Reivindicamos la labor de grupos como KEM/MOC, Kakitzat, Gasteizkoak, Alternativa Antimilitarista/MOC , Centre Delàs d’Estudis per la Pau , Mujeres de Negro … y otros tantos grupos que continúan trabajando por una verdadera desmiltarización social y por la resolución noviolenta de los conflictos.

24/06/2011

"Toche" en el circuito de los Annapurnas

«Dado el desnivel, en unos valles era otoño y en otros primavera al mismo tiempo». José Ramón Sáenz López 'Toche' cree que su pasión por la escalada y la montaña pudo comenzar cuando apenas levantaba un palmo del suelo y ya se subía a todas las piedras y rocas del entorno de Nieva de Cameros, municipio del que desciende pese haber nacido en Logroño.

A sus 69 primaveras, este amante empedernido de la montaña y de los deportes en general (lo mismo practica ciclismo o remo que escalada en hielo o espeleología) no se arredra por nada y en noviembre partirá hacia el campo base del Everest, situado a 5.300 metros de altura.

No será la primera vez que ande por esos lares, ni por parecidas latitudes. En el 2007 -año 2064 en la zona- recorrió junto a un par de amigos la ruta de los Annapurnas, en Nepal, el circuito de trekking que discurre a la mayor altitud del planeta. La senda arranca a unos 760 metros de altura y corona los 5.500. De este modo, la aventura no está exenta de dificultad. «A veces había que ir trepando a cuatro patas, pero lo compensaban imágenes preciosas como la de la cumbre del Machapuchare, con forma de cola de pez».

La ruta la enmarcan cifras increíbles -como que consta de 350 kilómetros a través de un país en el que se hablan 160 dialectos-; pero también experiencias fantásticas e irrepetibles, como las que les sucedieron a lo largo de los 26 días de caminata.

«El circuito está compuesto por decenas de picos y poblado por cientos de aldeas, cada una con sus peculiaridades», explica. Así, al pasar de valle a valle «no sabías si era primavera u otoño». Alguna idea daban los cultivos. «En función de la altitud de cada terreno y de su orientación, en algunos lugares se estaba cultivando arroz mientras que en otros se recogía, y en algunas áreas los frutales estaban en flor y en otras la fruta ya estaba madura», señala. Lo que resultaba uniforme en cada estrato del camino era «la hospitalidad de los nepalíes». «La gente era muy receptiva, pese a la vida tan dura que llevaban en las aldeas, donde aún se labra con arados de madera y el almacenar leña en los tejados de las casas constituye un símbolo de poder social». No en vano, destaca que Nepal se autodenomina 'el país de la sonrisa'. «La gente enseguida te decía 'námaste' (expresión de saludo) y movía la cabeza con un sonrisa y las manos juntas», recuerda como imagen omnipresente de este viaje.

Ábrego y Casimiro, 25 años unidos por la mole del K2

Hoy se cumple un cuarto de siglo de la histórica ascensión de los dos montañeros navarros a la segunda cima más alta del planeta.


Mari Ábrego, a la izquierda, junto a Josema Casimiro.

La idea era que hoy los dos lo pudieran celebrar juntos, disfrutando de los recuerdos en común en el mismo campo base donde hace veinticinco años comenzaron una ascensión que iba a marcar perpetuamente sus vidas, y en cierta manera la de todo el alpinismo vasco.
 Pero como a veces sucede en el Himalaya no siempre se puede alcanzar el objetivo, por muy hermoso que éste sea, y el único de los dos que hoy podrá mirar de frente a la mole de roca y hielo que da forma al K2 es Josema Casimiro. Su amigo y compañero Mari Abrego, con el que coronó en junio de 1986 la cima de la segunda montaña más alta del planeta (8.611 metros), finalmente no ha podido acudir a lo que sin duda habría sido un día inolvidable para ellos y se tendrá que conformar con festejar el 25º aniversario desde aquí antes de salir hacia Kirguizstán, en Asia Central, donde intentará la ascensión al Pico Lenin.
"¡Otra vez será!", comentó Ábrego, que pese a todos sus esfuerzos no podía esconder lo atractivo que le hubiera resultado estar hoy en el K2 con Josema, pero el plan es otro y los dos asumen con naturalidad. Porque al margen del lugar en el planeta en el que se encuentren cada 23 de junio, aquellas nueve jornadas que vivieron el uno para el otro forjaron, como nunca lo hubieran imaginado, una unión que a día de hoy se mantiene tan erguida como la majestuosa estampa del K2.
Tres días antes de que Josema saliera hacia Pakistán, los dos montañeros navarros aceptaron la invitación de este periódico para juntarse durante un buen rato y ofrecer a los lectores de DIARIO DE NOTICIAS algunos de los recuerdos y sensaciones que conservan de aquella gesta un cuarto de siglo después. La cita se celebra en un restaurante cercano a Pamplona. Por la tarde. Los dos llegan puntuales. Se palpa a la perfección que entre los dos hay algo más que una relación entre buenos compañeros y se saludan como solo lo hacen los amigos de verdad; con una leve sonrisa, una mano extendida y un abrazo con cariño.
Las canas delatan que son un poco más viejos que entonces, pero también un poco más sabios. Se conservan estupendamente y sin demasiados preámbulos, Mari Abrego es el primero en lanzarse a contar lo que siente al contemplar, un cuarto de siglo después, lo que supuso en sus vidas aquella expedición. "Estos 25 años se me han pasado muy rápidos, tan rápido que no puedo vivirlo con la misma intensidad que lo vivimos en 1986. Ahora mismo me resulta muy grato y me hace recordar algo que fue fantástico para los dos".
Casimiro se lo toma con más calma, pero rápidamente entra en conversación. Un poco de jamón y unas cervezas facilitan que la charla adquiera velocidad y confianza. "Sin duda que para los dos fue nuestro mejor día en la montaña. Fue una expedición muy bien compartida entre los dos, bien planteada y todo nos salió perfecto".
En el verano de 1986 Ábrego y Casimiro formaban parte de aquellos intrépidos montañeros que aprovechando los numeroso permisos otorgados por el gobierno paquistaní para subir al K2 se preparaban en el campo base. El reto se las traía. Solo 237 metros más bajo que el monte Everest, su arquitectura afilada y su forma de pirámide, con caras relativamente planas y aristas afiladas, hacen de él una montaña muy difícil de escalar y muy peligrosa por su dificultad técnica, mayor que la del Everest, y por su climatología cambiante que se ha cobrado muchas vidas, sobre todo en los descensos.
"Cada año, cuando se aproxima el verano estoy pendiente de las informaciones que vienen del Himalaya, de las expediciones que hay en marcha, y me vienen una serie de fechas. Me viene el Janu, el Makalu, y en junio el K2 lo ocupa todo", comenta Ábrego. Reconoce que en su caso personal fue la máxima aspiración que tenía: "En otros deportistas pueden ser las olimpiadas o los mundiales, pero para mí era el K2. Pese a las penurias que pasamos, la convivencia entre Josema y yo y las vivencias como pasamos fueron tan maravillosas que esos recuerdos los quieres enmarcar para siempre. No puedo separar mi vida del K2, como persona y como deportista, hasta que me muera".
Casimiro, que a cada momento deja atrás su visible timidez, asiente con la cabeza. "Al final se ha visto que el K2 era nuestra montaña. Había otras, pero teniendo en cuenta lo que supuso para nosotros y para el montañismo navarro fue muy importante. Vivimos los dos la expedición como una cordada. Ahora sería impensable abordar esta montaña de esa manera. Ya nunca lo podremos separar de nuestras vidas y nosotros seguimos subiendo juntos".
LA ASCENSIÓN
Directos hacia la cumbre
Con los materiales y tecnologías disponibles hace 25 años, sin oxígeno suplementario y portando a sus hombros lo necesario para una escalada de riesgo extremo, Ábrego –que tres años antes se vio obligado a dar marcha atrás a 161 metros de la cumbre– y Josema dieron los primeros pasos sin saber que nueve días después iban a convertirse en los primeros montañeros del Estado español en llegar a la segunda punta de la Tierra.
"Cuando fuimos hacia la cima no esperábamos hacer cumbre, fui un poco de casualidad. Cuando empezamos a subir íbamos con la intención de llevar algo de equipamiento hacia el campo II, pero llegamos allí, donde íbamos a dejar la tienda y algo de comida, y recuerdo que nos miramos, vimos que estábamos bien y que el tiempo arriba era bueno y decidimos seguir. Fue así", comentaba Ábrego mirando a Casimiro por si omitía algo importante. "Y al día siguiente lo mismo", acude al rescate Josema. "Y seguimos para arriba, pero no había previsión calculada".
El de Los Arcos tenía 41 años. El de Pamplona, 27. "Nunca me planteé de que yo era el mayor y qué sabrá este crío. Somos dos personas distintas. Yo puedo ser más ambicioso, pero en aquel momento él tenía mejor forma física y en la montaña teníamos una gran coordinación y confianza", aseguró Ábrego. "Íbamos más a la aventura. Ahora la climatología ha avanzado mucho pero entonces no te podían decir que tal día se iba a abrir una ventana que te diera opción de llegar. Entonces no había ventanas ni historias. Nosotros íbamos ascendiendo sin más", señaló Josema Casimiro.
Son conscientes de haber vivido un periodo privilegiado del montañismo, ya que todos los retos que se intentaban en aquellos años eran de vanguardia, novedosos. "Era la primera vez que se subía en el Estado español y en el estilo que lo hicimos, dos personas solas. Pensaba que se iba a hacer más en el futuro. Hace 25 años las dimensiones de las montañas eran distintas a las de ahora. Había menos información, menos medios, la dificultad era mayor y sobre todo, la incertidumbre. Creo, de todas formas, que el logro de lo que hicimos no ha tenido el reconocimiento que se merecía".
Los dos han seguido fieles al Himalaya y saben muy bien, como recordaba Josema, que "ahora es más difícil hacerlo e ir al Everest como lo hacíamos nosotros es imposible. Estábamos prácticamente solos y ahora está lleno de gente, expediciones comerciales, sherpas trabajando por todos los lados poniendo cuerdas de arriba a abajo. Aunque quisieras, no se podría".
Al final del verano de ese año 27 escaladores habían conseguido llegar a la cima, pero, también, el número de muertes fue muy alto; 13, lo que significa que casi un tercio de los montañeros murió en el intento. Ello hizo reflexionar al mundo del montañismo, que se preguntaba si se estaban corriendo cada vez más riesgos. La pregunta sigue hoy más vigente que nunca, pero la respuesta también. "Te jugabas el todo por el todo y te arriesgabas a no hacer cima. Ahora, las expediciones importantes se garantizan en la mayoría de las ocasiones hacer cima. Era el alpinismo en su pura esencia Nunca fui al Himalaya con la intención de sacar algo de provecho material", dijo Ábrego. "Ni íbamos con la idea de coleccionar cimas", apuntilló Casimiro.
JORNADA A JORNADA
l 19 de junio. Comienza la ascensión desde el campo base, situado a 4.950 metros, hasta el campo I, a 6.055 metros. La mayor parte del itinerario se hace sobre nieve, buscando los salientes del Espolón. Tras cinco horas de caminata, llegan al C-I, después de un notable esfuerzo debido a la profundidad de la nieve y la fortísima pendiente que precede al campo.
l 20 de junio. Llegada al campo II, ubicado a 6.750 metros. Para alcanzarlo, deben atravesar la conocida Chimenea House, un tramo vertical de unos 20 metros que se hace especialmente dificultoso por el riesgo del paso y el peso que portan. Es el lugar clave dentro de la ruta de los Abruzzos, la que les llevará finalmente a la cima. Durante la ascensión tienen que parar cada hora y media para comer, beber algo y descansar en busca de oxígeno.
l 21 de junio. El mal estado de la nieve y la dificultad con las cuerdas obligan a extremar la vigilancia. La marcha se retrasa por la ventisca entre pasos de roca y de nieve. Los dos alpinistas pasan bajo la Pirámide Negra con viento fuerte. El frío en las manos les obliga a parar para hacerlas reaccionar. Tras varios intentos para buscar un buen sitio para dormir, instalan el campo III a 7.450 metros. Cenan caldo de sopa, algo de queso y una lata de pescado en conserva.
l 22 de junio. Tras atravesar la zona de paredes de hielo, avanzan por la ruta conocida con el nombre de El Hombro. Antes de llegar aprovechan para hacer un descanso en un lugar que permite dejar las mochilas sin riesgo de que caigan. Desde esa posición ya pueden ver la parte superior de la montaña. Se encuentran en la línea de los 8.000 metros. Instalan el C-IV a 8.150 metros, en el Gran Serac. Organizan su equipamiento para atacar la cima al día siguiente.
l 23 de junio. Se despiertan a la una. El tiempo es bueno y salen hacia la cumbre a las 02:30 horas. Necesitan más de tres horas para atravesar un embudo por el que suelen desprenderse columnas de hielo. Van atados con cuerda de 7mm en doble y tras varios descansos y un notable esfuerzo, a las 14:30 horas llegan a la cima. Permanecerán ahí durante 50 minutos sacando fotografías y disfrutando del paisaje. El tiempo es bueno. Comienza el descenso.ascen
EL DESCENSO
l 23 de junio. Bajan hacia el campo IV, donde habían dejado los bastones y las linternas para evitarse peso en el ataque a la cima. Tras cargar su mochila, siguen la travesía hasta debajo del Gran Serac. Es media tarde y el frío aumenta de nuevo. Para agilizar el descenso por el Cuello de Botella, usan el hornillo de hielo para montar un rappel. Montan la tienda a 8.150 metros.
l 24 de junio. Aunque se despiertan con sol, el horizonte comienza a cubrirse de amenazadoras nubes que hacen presagiar un brusco cambio de tiempo. Durante el descenso al campo III, en el que tienen guardadas una reserva de gas, los dos se ven sorprendidos por un torbellino de viento y nieve menuda. Buscan refugio antes de seguir hacia el campo. Se encuentran con varios italianos subiendo a la cima. El temporal arrecia.
l 25 de junio. La ventisca golpea la tienda en la que han pasado la noche a 7.450 metros hasta casi romperla. Deciden desmontarla y seguir bajando, cuando Josema está a punto de caer por el precipicio por un resbalón. Ábrego le lanza una cuerda y lo sube. Observan a los italianos que se dan la vuelta y deciden ir con ellos, pero la niebla y las dudas sobre sus acompañantes les llevan a separarse. La visibilidad es mala y el tiempo peor. Llegan al campo II al atardecer.
l 26 de junio. Debido a que las condiciones meteorológicas han empeorado, deciden, tal y como habían acordado de víspera, pasar el día en el campo II (6.750 metros) aprovechando para descansar, hidratarse y alimentarse. La nieve amenaza con romper la tienda y todo el material lo tienen mojado, incluidas sus ropas. Los efectos del frío comienzan a sentirse, sobre todo en las manos y dedos. Pasan muchos ratos en silencio.
l 27 de junio. Madrugan y se disponen a bajar sin preocuparse en exceso por el tiempo. Las congelaciones en los dedos dificultan sus movimientos, pero avanzan hacia la Chimenea House. Tras un corto descanso al llegar a los 6.055 metros del campo I, acometen el descenso hacia el campo base, adonde llegan a primera hora de la tarde. Una sabrosa tarta de chocolate con bizcochos y dos botellas de vino les esperan. Descansan.

Los protagonistas

MARI ÁBREGO
l Edad. 66 años.
l Lugar de nacimiento. Los Arcos (4-7-1944).
l Trayectoria profesional. Distinguido con trofeos a los mejores deportistas navarros los años 1979, 1984, 1985 y 1986, Medalla de Plata del Consejo Superior de Deportes español por la expedición al Dhaulagiri (1980) y galardonado por el Gobierno navarro con la Medalla de Oro al mérito deportivo. Además de subir al Jannu (1981) y por lo menos en 25 ocasiones a la cima del Aconcagua (Andes), ha logrado cinco ochomiles (Makalu en 1984, K2 en 1986, Nanga Parbat en 1992, Broad Peak en 1995 y Cho Oyu en 1999) y ha realizado cuatro intentos al Everest (1985, 1987, 1989, 1990). Ha trabajado como guía en los Andes e Himalaya.
JOSEMA CASIMIRO
l Edad. 52 años.
l Lugar de nacimiento. Pamplona (2-11-1958).
l Trayectoria profesional. Monitor
de la Escuela Navarra de Alta Montaña (ENAM) en sus comienzos, fue de los primeros montañeros que comenzó a ir en el Himalaya. Logró las cumbres del Jannu, del K2 y el Broad Peak. Además de hacer cuatro intentos al Everest junto a Ábrego, también llegó al Lhotse Shar, Kangchenjunga, Dhaulagiri y Cho Oyu, entre otros.

21/06/2011

Más Energía Solar

El martes 21 de junio, a las 17:16 horas, tendrá lugar el solsticio de verano, el día más largo del año; las organizaciones ecologistas celebran la llegada del verano con el Día del Sol, un día para promocionar y apoyar las fuentes de energía renovable. Este año, piden además el fin de la energía nuclear cuando se han cumplido 100 días del accidente de Fukushima.
Ecologistas en Acción, en el Día del Sol ha denunciado el bajo nivel de  aprovechamiento de la energía solar en nuestro país, que es ampliamente superado por países europeos con mucho menor nivel de irradiación solar, como Alemania.
Las tecnologías de fabricación e instalación de energías renovables desarrolladas en España nos habían puesto a la cabeza del resto de países, con las ventajas económicas y sociales que ello conllevaba. Pero el Gobierno le ha puesto freno antes de que desplacen a las tecnologías sucias, asustado por la presión de las grandes compañías energéticas.
Por otra parte, si la administración pública en sus diferentes niveles (local, autonómica, estatal), tomase la iniciativa de incorporar paneles de solar térmica en sus edificios e instalaciones, y si además la hiciese obligatoria en todos los edificios de viviendas que se construyan en suelo público, el panorama para esta energía cambiaría enormemente, ya que al asegurar un mercado fomentaría la aparición de empresas instaladoras, y además tendría el efecto de difundir esta tecnología entre los ciudadanos, convenciéndoles de su rentabilidad. En vez de eso, impone unos cupos de potencia y unas trabas administrativas que limitan su desarrollo.
La situación de la energía solar fotovoltaica es especialmente sorprendente. Se está instalando aquí una potencia tan corta que somos un país exportador, tanto de equipos como de tecnología. Además de la electrificación de zonas rurales o sin conexión a la red eléctrica, también existe la posibilidad de unir la instalación a la red, vertiendo en ella Kw. solares obtenidos con un impacto ambiental infinitamente menor que el de las centrales térmicas de combustibles fósiles o nucleares.
Para la organización ecologista esta posibilidad de vender una electricidad que puede generarse en los tejados, con instalaciones poco complejas, debería ser promocionada de forma preferente por los poderes públicos.
Por último Ecologistas en Acción, cuando se han cumplido 100 días del accidente de Fukushima, ha pedido el abandono de la energía nuclear ya que, además de su peligrosidad, es totalmente importada, por lo que no nos otorga ninguna independencia del exterior.
El 100% del uranio que consumimos se importa y se enriquece en el extranjero. Lo único que se fabrica en España son los elementos combustibles. Asimismo, la tecnología en que se basan los reactores nucleares españoles es totalmente importada, con la excepción de los generadores de vapor de Almaraz I y II y de Ascó I y II, que han sido fabricados por ENSA.
Desgraciadamente, nuestro país es energéticamente muy dependiente, pero la energía nuclear no contribuye a resolver este problema. En cambio las energías renovables sí son de producción nacional así como buena parte de la tecnología en que se basan.

21/05/2011

Patrimonio natural en el límite con Álava

  • Las hermanas Irache y Cristina Roa Vicente, de Teder, recomiendan acercarse a Cabredo, una población desde donde parte un paseo que tiene como atractivos el embalse de la Sota y el roble marojo de la reserva de Peñalabeja, poco habitual en Navarra.

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Las hermanas de Estella Irache (izquierda) y Cristina Roa Vicente delante del embalse de la Sota, en término de Cabredo. MONTXO A.G.

PARA ellas toda Tierra Estella tiene encanto, pero a las hermanas gemelas Irache y Cristina Roa Vicente, vecinas de Estella de 45 años, bordear el embalse de la Sota de Cabredo les resulta especialmente atractivo. Las dos pasearon por primera vez por este entorno en el año 2004 de la mano de quien entonces era su alcalde, Ángel Jesús Sancho Martínez (fallecido recientemente), y con quien trabajaron codo con codo como técnicas de Teder (Centro de Desarrollo Rural de Tierra Estella) para acondicionar una zona poco conocida en la merindad por su condición limítrofe con Álava. No obstante, ambas han vuelto por su cuenta en varias ocasiones desde entonces. Su patrimonio natural, las diversas colonias de aves que anidan en el embalse y la multitud de paseos que permite son tres argumentos para regresar, a su juicio, con mucho peso. Sin contar, por supuesto, con la Reserva Natural de Peñalabeja, donde se conserva una importante muestra de roble marojo, una especie muy poco habitual en Navarra.

El punto de partida de este paseo bien puede comenzar en la parroquia de Santiago el Mayor -principal elemento arquitectónico de esta población de unos cien habitantes-, en el restaurado lavadero construido en 1.800 o en alguna de sus casas blasonadas para continuar con un recorrido circular que sigue bordeando el embalse de la Sota. Hasta allí, una cómoda pista entre campos de cultivo.

Se trata de una balsa artificial, ya muy naturalizada, que se construyó para regadío. Su utilidad ha mermado mucho a día de hoy, pero resulta de vital importancia para garantizar la supervivencia de todas las especies que allí habitan. Ánades, azulones, fochas, somormujos o garzas son algunas de las aves que pueden avistarse, mejor desde el observatorio que se colocó ex profeso cuando se acondicionó la zona. También se adecuó un merendero que hace más cómoda la estancia a los visitantes.

Buena señalización

El camino, totalmente señalizado, se adentra después por una senda en Peñalabeja, declarada Reserva Natural en 1987. Con 24 hectáreas, es casi totalmente un bosque de roble marojo con ejemplares también de carrascas, arces y madroños. Un lugar perfecto para coger setas y en el que se pueden encontrar jabalíes. Zorros se ven en Sierrachiquita (Codés), punto orográfico que se observa desde una zona de rasos de la reserva, así como la sierra de Marañón.

Ellas proponen también entrar en esta población, el "apéndice" de una ruta que vuelve a Cabredo de nuevo bordeando el embalse. En total, 12,6 kilómetros y casi tres horas de caminata. "Aún así, lo mejor de este itinerario es que permite muchas variantes en función de las ganas de cada uno", indicaron.

Para ellas, es también perfecto para recorrerlo en bicicleta o a caballo. "Hay mucho para disfrutar de la naturaleza. Es un sitio muy agradable", aseguró Cristina Roa. No exige ser un senderista experimentado, puesto que no plantea problemas de desnivel ni se trata de un abrupto camino, y goza, además, de una perfecta señalización. "Hay un panel inicial con un mapa y fotos más señalización direccional vertical y en el suelo", especificaron.

TIERRA ESTELLA, A PIE EMBALSE DE LA SOTA (CABREDO)

1 Agua todo el año. El embalse se mantiene con agua durante todo el año.

2 Sin fuentes. El recorrido no dispone de fuentes con agua de boca, por lo que sí es recomendable que el excursionista lleve encima. El lugar sí cuenta con zona de merendero y con un observatorio de aves.

3 Fauna. Es muy abundante. Colonias de aves, reptiles y hasta ardillas o jabalíes.

4 ¿Dónde comer o alojarse? Como opciones más próximas el Santuario de Codés (Torralba del Río), el camping de Acedo, el Portal de Navarra de Zúñiga o el restaurante Iribia de Ancín (Valdega), además de cualquier establecimiento de turismo rural de los alrededores.

5 Época ideal para la ruta. Las hermanas Roa se inclinan por la actual época primaveral (por el verdor de los cultivos y por la mayor cantidad de agua embalsada) o por el otoño (por el colorido de las hojas caducas).

19/04/2011

Unión de Astun-Candanchú con Formigal

Hace un par de semanas las laderas de Formigal lucían peladas y parduzcas, apenas blanqueadas a golpe de cañón en la línea de los telesillas. El personal con ganas de darse un homenaje estaba con sus raquetas y esquís de travesía al otro lado de la frontera, en el Portalet, donde sí había nieve abundante y sin estación ni pilonas ni demás artefactos de parque temático. Buena ocasión para cuestionar, una vez más, la actividad que cuasimonopoliza Aramón (DGA&Ibercaja); una actividad incierta y frágil, corta en el tiempo, de creciente impacto sobre el medio ambiente y cuyo funcionamiento exige fuertes subvenciones públicas.
Pero el problema va más allá. Si se diesen por satisfechos con las estaciones actuales y se aplicaran a mejorar sus servicios, su competitividad y la estética de su entorno, aún cabría firmar el conforme y empezar a trabajar para hacer del Pirineo un espacio cuidado, protegido, bien gestionado y una imagen de marca asociada a la calidad (turística, agroalimentaria, ecológica). Pero ahora las mentes más preclaras del Sistema andan empeñadas en unir Formigal con Astún y Candanchú por Anayet y Canal Roya y en construir otra estación en Castanesa urbanizando a tope dicho valle.
El proyecto de Castanesa (que ayer era debatido en Bruselas) está recorrido por su propio laberinto de pasiones e intereses. Será por eso (por los intereses) que Aramón ya ha comprado terrenos a precios de antes de la ruina inmobiliaria y que el Marcelinato suspira por iniciar las obras cuanto antes. Ahora bien, ¿de dónde saldrán los quinientos o seiscientos millones que ha de costar la broma?
Castanesa es un valle complicado para hacer en él pistas de esquí, el negocio inmobiliario está frenado en el Pirineo (como en todas partes), la inversión pública va de capa caída por culpa del ajuste (y si se invierte en una cosa es a costa de abandonar otra), la nieve apenas da juego durante breves intervalos invernales, en la montaña hay otras opciones para el desarrollo además del esquí... Pero aquí algunos siguen con sus quimeras. Inasequibles al desaliento.
En la foto: Canal Roya desde Astún; la zona que será invadida por la unión de ambas estaciones.