18/11/2011

Ruta de vino y pescado (Álava y Bizkaia). Senda del dinero


Sabemos tanto de Euskadi y tenemos tantas cosas en la retina como el contraste de sus verdes praderas, sus pinares meciendo caseríos, su costa recortada sobre el infinito azul y sus playas de arena clara que es muy difícil a estas alturas asombrarse de nada. El GR-38 que une Oion, en la Rioja Alavesa, con Bermeo, en Bizkaia, ofrece, sin embargo, en su recorrido mucho de lo que no sabemos de este país. Es una caja de sorpresas, a cada cual más asombrosa, un paseo por los valles, las quebradas, los ríos, los montes, los desfiladeros, los bosques, las aldeas perdidas de la Euskadi interior.
Se rompen muchos mitos al disfrutar de un paisaje mediterráneo y vasco en La Rioja, de unos ‘minipirineos’ en la Sierra Cantabria, de un ‘pequeño Cares’ en Oquina, de una ‘minicapadocia’ en Laño, una reproducción del Lago Ness en los embalses de Urrunaga y Ullibarri, unos Picos de Europa a escala pequeña en Urkiola, y un final de mar bravío, puertos, arenales y reserva de la Biosfera en Urdaibai. Si en el futuro inmediato declaran parque natural a los Montes de Vitoria, pasaremos además por algunas de nuestras reservas de biodiversidad más cruciales. Sin recorrer entera la comunidad podremos conocer de primera mano mucho de la enorme riqueza paisajística, florística y de hábitats de interés faunístico que conserva el país.
Durante siglos el único paisaje bello ha sido lo verde. Pero hoy sabemos que detrás de un cerro pelado, una encina, un secarral o un campo de avena hay vida, una expresión diferente de la belleza de la naturaleza y mil razones para agradecer que el paisaje no sea igual. Ese cambio de texturas y tonos en cada loma que subamos es uno de los grandes secretos de esta ruta. Pongo un ejemplo de la vegetación que se disfrutará: viñedo, olivar, almendros, coscojas, coronillas de fraile, efedras, pino carrasco, romero, tomillo, esparto, quejigos, hayas, carrascas, marojos, boj, alamos, alisos, robles, fresnos, olmos, enebros, abedules , cipreses o avellanos.
Caminos medievales
Existe abundante documentación, especialmente desde la Edad Media, de la floreciente relación comercial entre los puertos vascos del Cantábrico y las ricas riberas del Ebro o la feraz Llanada alavesa a través de los viejos caminos medievales, ahora reconvertidos en el GR-38. Vitoria era el centro de aquella actividad económica y social que beneficiaba a unos y otros. Aquellas sendas acabaron construyendo conciencia de país, mediante la transmisión de noticias e ideas y forjando la propia personalidad vasca poniendo en contacto a gentes de diferentes culturas y paisajes.
Las disputas entre mulateros, trajineros, arrieros, comerciantes, peregrinos y vecinos de los diferentes pueblos por donde pasaba la ruta, Legutiano, Durango o Ullíbarri-Gamboa se recogen en los acuerdos de las Juntas Generales de Álava. Lo mismo que las órdenes para reparar trazados y construir puentes sobre los ríos o la abundancia de ventas, mesones, cruces y humilladeros.
Los franceses, inventores de tantos pequeños placeres de la vida, también pusieron nombre –randonniers– , simbología propia y normas al simple hecho de andar. Eso fue hace ya más de sesenta años. Crearon los GR para frenar las prisas, senderos para andar, bien marcados para no perderse y aprovechando las viejas rutas comerciales y culturales, a las que ahora se ha incorporado el valor de la naturaleza.
Desde la puesta en marcha de esta ruta del GR-38, hace ya 16 años se ha ayudado a mejorar y conservar el entorno natural que atraviesa y su patrimonio histórico. Es una de las virtudes del senderismo, que saca del sumidero de la historia caminos perdidos, cañadas, calzadas o carretiles empedrados que de otra manera se irían cerrando con la falta de uso.
Comercio
Los 166 kilómetros que separan los viñedos de Oyón del puerto de Bermeo atraviesan el País Vasco de Sur a Norte surcando una diversidad de paisajes muy difíciles de encontrar. Recorremos el mismo suelo que pisaron las carretas y mulas y cargadas de pescado fresco o en salazón desde los puertos cantábricos .Y en su viaje de vuelta cargaban con sus carruajes de trigo, sal, vinagre y vino. También hay referencias a la lana, el aceite, el hierro vizcaíno o al comercio de lujo.
Existe actualmente en la página web de Senderimos Euskadi un completísima información sobre las 7 etapas oficiales y las tres variantes en las que se divide el itinerario, los lugares de interés y la descripción de la ruta. Todo ello acompañado de documentación gráfica y planos. Tanto a la hora del diseño del trazado como de los nombres se ha optado por el interés paisajístico y se ha evitado finalmente pasar por Vitoria.
El camino puede empezar por Bermeo o por Oyón, indistintamente. Aunque fue la Federación de Montaña Alavesa la que más empujó para preparar este camino, fue revisado y mejorado entre 2007 y 2008 gracias a la fundación Naturgintza en colaboración con otras instituciones.
La primera etapa de este Gran Sendero permite conocer los extensos viñedos y la todavía existente flora mediterránea que caracterizan a la Rioja Alavesa desde Oyón y Laguardia (8,5 km.). En Lagrán, el centro interpretativo de La Traviesa ofrece toda la base documental que ayuda a entender la ruta. La última etapa atraviesa la espectacular reserva de la Biosfera de Urdaibai para terminar en la villa marina de Bermeo. Dos paisajes sorprendentes y completamente diferentes que hablan de un país diverso y rico, de lugares que solo se pueden entender si se andan, si se respiran, si se huelen, a la velocidad de los pies del hombre. A ese ritmo se puede explorar el entorno y oír el interior de cada uno. Sin prisas, como se debe ir por la vida.

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